Hoy desde nuestro equipo gatuno de Jerry Viaja te queremos hablar de los gatos de Japón. Vas a aprender de gatos sin cola, de gatos que te invitan a entrar, de gatos multicolor y hasta de gatos espirituales. ¿Curioso? Continúa leyendo.
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Maneki Neko – El gato de la buena suerte
Seguro que alguna vez entraste a una tienda y viste la escultura de un gato sonriente con una patita moviéndose compulsivamente de arriba abajo como si te saludara. Era un maneki-neko y existe la falsa creencia de que es chino, en realidad su verdadero origen es japonés. Maneki significa «invitar a pasar» y Neko significa «gato». Literalmente maneki-neko se traduce como «gato que invita a pasar» y es un amuleto japonés para atraer la felicidad y el éxito.
Su presencia en hogares y negocios supone atraer la buena fortuna y su figura está cargada de simbolismos. El cascabel que pende de su cuello ahuyenta a los malos espíritus. Muchas veces lo verás sosteniendo un koban, antigua moneda de oro usada en la Era Edo de Japón, que busca atraer el dinero. Según cual pata tenga el maneki neko levantada, cambia su «ayuda». Cuando la pata levantada es la izquierda, servirá como amuleto para atraer clientes; si es la derecha atraerá el dinero y la buena fortuna. Raro sería verlo con ambas patas alzadas, pues se considera de codicioso, pero hay quienes lo hacen porque creen que de esta manera protegerá el hogar y/o el negocio.
El color del gato también es importante y existen muchas variantes. Por ejemplo, los maneki-neko negros son especialmente buenos para repeler la mala suerte (todo lo contrario a las connotaciones negativas que se tenían en occidente de los gatos negros) y los dorados son para atraer dinero. Los más populares son el blanco, que es el color original del maneki-neko, y el tricolor o calicó.
¿Cuál es el origen del maneki neko?
Existen varias hipótesis sobre su origen. La más aceptada es la del templo Gotokuti y se remonta al siglo XVII. Cuenta que un día caía una torrencial lluvia en Tokio y el señor feudal Ii Nakaota, que justo se encontraba a la intemperie, buscó refugio bajo un árbol. Mientras esperaba que pasara la tormenta, llamó su atención un gato guarecido en un pequeño y humilde templo que con su pata alzada parecía llamarle. Curioso sobre lo que querría el gato, se acercó a él abandonando el amparo del frondoso árbol. Apenas salir, un fuerte trueno impacto en el árbol, destruyéndolo por completo. Nakaota se sintió tan agradecido por el gato y el templo de haberles salvado la vida que tomó a ambos bajo su protección.
El templo Gotokuti fue reparado y ampliado y el gato, llegada su hora, fue sepultado en una tumba especial en el cementerio del propio lugar. En su honor fue erigida una estatua y nació el maneki-neko, amuleto para atraer la suerte y la prosperidad. Hoy es posible visitar el templo donde descansan varias generaciones de la familia Ii y se encuentran miles de estatuillas del maneki-neko.
Gato Bobtail – Predecesor del Maneki Neko
Al parecer el gato que salvó a Nakaota de ser partido en dos por un rayo era de raza bobtail. Esta raza muy venerada en Japón y abundante a lo largo y ancho del país se caracteriza por carecer de cola. En su lugar tiene un rabo cortito y retorcido. Una gata bobtail muy famosa es Hello Kitty.
Una leyenda cuenta que los gatos bobtail perdieron su cola después de un grave incidente. Uno de estos mininos dormía junto al fuego y una chispa prendió fuego a su rabo. Corriendo enloquecido por todos lados, hizo arder el palacio y la ciudad. El emperador enfurecido mandó cortar la cola a todos los gatos para que nunca más volviera a suceder algo similar.
Nosotros muy ignorantes en nuestros primeros días en Japón, vimos alguno de estos gatos y creíamos que habían sufrido accidentes que los dejaron sin cola. Después empezamos a ver demasiados y tuvimos que investigarlo. O los gatos japoneses eran demasiado torpes o había algún dato que se nos escapaba. Los bobtail son considerados de buena suerte y existen en Japón desde hace al menos 1.000 años. Los hay de muchos colores, aunque los favoritos son el blanco y el tricolor o calicó, ambos muy representados en el maneki neko.
Gato Calicó – El gato mítico
También llamado Carey, Tortuga o mike neko en Japón, la historia sobre su llamativo pigmento tricolor (blanco, negro y anaranjado) está cargada de magia. Una leyenda cuenta que el sol, aburrido de estar siempre arriba, le pidió a la luna que le sustituyera por unas horas para que los humanos no notaran su ausencia. De allí nació el eclipse.
El sol tomo la discreta forma de una gata negra para pasear a sus anchas. Tan curiosa le resultó la tierra que una vez terminado el tiempo pactado no quería regresar. La luna, cansada de esperar, empezó a irse. El astro rey tuvo que volver corriendo para que no descubrieran su desaparición y en la prisa destellos del sol y la luna quedaron marcados en el animal, dando origen al gato calicó.
Otra leyenda cuenta que en un monasterio tibetano tres monjes peleaban constantemente. Hastiados de la situación, decidieron buscar la respuesta a sus problemas a través del ayuno. Al segundo día de ayuno se presentó en la puerta del monasterio una gata tricolor con tres crías iguales. Sus colores iluminaron con sabiduría a los tres monjes. El blanco y el negro representaban el yin y el yang, las fuerzas opuestas, y el naranja el hogar y la tierra. Por otro lado, las tres crías eran símbolo de lo nuevo, la unión y el cambio.
El gato calicó no es una raza, es una alteración genética que provoca estos colores en cualquier raza gatuna. Por eso existen leyendas de ellos en todas partes del mundo. En Japón los marineros a menudo tenían un gato bobtail calicó en su barco para protegerlos de las desgracias del mar. Por eso, es muy común los maneki-neko blancos con manchas naranjas y negras.
Bakeneko – El gato cambiante
La palabra bakeneko tiene diferentes traducciones: «gato fantasma», «gato monstruo» y «gato cambiante». El bakeneko es un yokai, una criatura supernatural del folclore japonés. Este ser fantástico de cuerpo gatuno tenía la capacidad de transformarse en humano y vagar a sus anchas, usualmente con una toalla o servilleta en su cabeza. Se creía que los gato bakeneko eran aquellos que lamían el aceite de las lámparas (algo no tan raro porque se utilizaba aceite de pescado y en las casas no solía haber carne), que eran muy longevos o que tenían una cola larga.
Son infinitos los cuentos japoneses de terror en los que aparecen bakenekos y es común verlos representados en el teatro kabuki. Algunas historias cuentan de gatos que fueron asesinados por sus amos y se transformaron en bakenekos para vengarse y maldecirlos, otras de gatos que se comieron una persona o lamieron a un muerto y tomaron su forma engañando a toda la familia. Había quienes pensaban que los bakeneko podían tomar la apariencia de una prostituta. Para descubrir su verdadera identidad, el cliente le traía de regalo pescado vivo y luego revisaba si el pescado había sido devorado. Otro indicio era observar si su sombra proyectaba una forma gatuna.
Al principio la idea de una prostituta bakeneko que eventualmente podía comerte provocaba terror. Más tarde, las historias pasaron de terror a fascinación y se transformó en una moda. Acostarse con una bakeneko significaba acostarse con un ser místico. Las cortesanas de la época aprovecharon el aventón y, para crearles a los clientes la sensación de que estaban con una bakeneko, les ofrecían platos de pescado o marisco y adoptaban gatos como mascotas.
Nekomata – El gato de dos colas
Pariente del bakeneko es el nekomata, un yokai de apariencia gatuna con dos colas y que camina erguido sobre sus dos patas traseras. Se cree que existen dos tipos: el nekomata doméstico y el nekomata de la montaña.
Los primeros nekomata eran los de la montaña y se creía que surgían de gatos que se escapaban del hogar para vivir en las cumbres. Un cuento del siglo XIII cuenta que en la región de Nara un enorme nekomata de la montaña bajo una noche al pueblo y mató y devoró a varias personas. Otros cuentos hablan de personas que escucharon su rugir en el eco de la montaña. Estos nekomatas se caracterizaban por ser criaturas de enormes proporciones y no necesariamente caminaban sobre sus dos patas traseras.
El nekomata doméstico surgió durante el período Edo. Según el folclore japonés, se creía que a medida que un gato doméstico envejecía era más probable que su cola se dividiera en dos y se transformara en nekomata. Por eso, se consideraba de mala suerte tener un gato longevo en el hogar. Se creía que los nekomata provocaban actividades paranormales, que podían resucitar a los muertos y controlarlos, que incendiaban casas y que se comían a la gente.
Gotokoneko – El gato del fuego
Existen muchos otros espíritus y seres en el folclore japonés asociado a los gatos. No todos son malignos ni se comen gente. Un ejemplo es el gotokoneko, un yokai de tipo nekomata (figura felina con dos colas) que le gusta avivar las llamas del hogar. Cuando se apagaba el fuego y más tarde las llamas revivían de las brasas, se creía que había sido obra del gotokoneko para calentar el hogar. Su nombre es compuesto. Neko significa gato y gotoko es una base metálica circular de tres patas, denominada trébede, que se utilizaba antiguamente para apoyar la olla y no quemar el tatami. Por eso verás que el gotokoneko es representado llevando un trébede como sombrero.
Japón es un país que a lo largo de su historia a mostrado una enorme fascinación por los gatos desde su llegada en barco. Eran tan venerados que se creía que por matar un gato tendrías siete reencarnaciones desfavorables. Existen muchos cuentos, historias y tradiciones antiguas y modernas. Algunas de estas supersticiones son tan poderosas que han llegado a occidente, como el maneki neko. Con este artículo queríamos compartir contigo algunos de sus felinos más importantes. Esperamos que lo hayas disfrutado.
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