Japón es un archipiélago compuesto por 6.852 islas repartidas entre el Océano Pacífico y el Mar de Japón. Sus islas principales son Hokkaido, Honshu, Shikoku, Kyushu y Okinawa. Como a nosotros nos gusta simplificar todo como si fuéramos niños, a nuestro entender estas islas las resumimos bajo los siguientes conceptos: Hokkaido es la isla de la nieve y el esquí, Honshu es la isla de las ciudades más conocidas (Tokio, Osaka, Hiroshima, Kioto, etc.), Shikoku no la tenemos clara, Kyushu es la isla de la longevidad y Okinawa es la isla para hacer playa. Nosotros estuvimos viajando exclusivamente por la isla de Honshu y es de la que te vamos a hablar.
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Un poco de historia
Los primeros habitantes de los que se tiene constancia que vivían en las islas niponas son de alrededor del año 1.000 a.C. Eran un grupo de cazadores recolectores conocidos como Jomon y que gradualmente comenzaron a ser sedentarios. En el año 300 a.C. desde la península de Corea llegó la tribu Yayoi y redujo la población Jomon, comenzando un nuevo período.
Los Yayoi trajeron el cultivo de arroz y la metalurgia. A comienzos del nuevo milenio ingresó el budismo a través de los chinos. En el siglo I se formó un estado japonés centrado en la Corte Imperial. Con él apareció una cultura literaria y artística de inspiración budista. La capital fue Nara hasta el 794, cuando se traslada a Kioto marcando el inicio del período Heian que durará hasta el año 1185.
Con la caída de los Heian comenzó la era del Japón feudal, caracterizada por el surgimiento de una clase dominante de guerreros: los samurai. En la época feudal el emperador era solo una figura simbólica. Era el shogun, un grupo reducido de personas poderosas, el que controlaba el país con los samurái bajo su mando. El Período Kamakura (1185-1333) marca el primer período shogun. Los Kamakura fueron los que lograron repeler con éxito la invasión mongola a Japón en 1274 y en 1281.
Le siguió el Período Muromachi (1336-1573) que estuvo marcado por una importante guerra civil conocida como Guerra Onin, de 1467 a 1477. Fue una época de conflicto entre los distintos clanes, difícil e inestable, que terminó sin vencedor. A la guerra civil le siguió el Período Sengoku (1467-1615), traducido como «Período de los Estados de la Guerra». En esta época los lazos comerciales con China y Corea se cortan y Japón llega a tener 66 años de total aislamiento hasta la llegada de los primeros europeos.
Durante el siglo XVI, misioneros jesuitas y mercaderes portugueses arribaron por primera vez al país. Comenzó un comercio cultural y tecnológico con el que se introdujeron las armas de fuego, generando disparidades en las luchas internas. Recién en 1590 se logra unificar la nación para invadir Corea, invasión que no tuvo éxito.
A partir del 1603 comenzó el Período Edo y la capital se trasladó a Tokio. Este período estuvo controlado por el shogunato Tokugawa, que logró unir los daimyo (feudos) y mantuvo una política de «no más guerras». El Período Edo fue de 1603 hasta 1868 y durante esos dos siglos Japón volvió aislarse del mundo, manteniendo contacto únicamente con los mercaderes holandeses que tenían un enclave en la ciudad de Nagasaki. Esos doscientos años fueron de crecimiento económico, desarrollo de carreteras, modernización del transporte de agua y aparición de instrumentos financieros como la banca y los seguros de los corredores de arroz de Osaka.
La Era Moderna desembarcó a la fuerza en 1854, cuando la Fuerza Naval de Estados Unidos obligó a Japón a reabrirse al mundo con la Convención de Kanagawa. Al gran cambio se agregó la restauración de la Corte Imperial. El Emperador Meiji gobernó el país hasta su muerte en 1912, dando lugar a la Era Meiji. Bajo su mando se adoptaron políticas occidentales y se desarrolló el poder militar. Gracias a esto, Japón surgió como el país más desarrollado de Asia y como una potencia mundial industrializada que perseguía expandirse. Entraron a la guerra sino-japonesa y ruso-japonesa tomando control de Taiwán, Corea y el sur de Sakhalin (isla de Rusia).
La Primera Guerra Mundial (1914-1918) fue una victoria para Japón, que se encontraba en el bando vencedor. La precaria democracia que había surgido de 1912 al 1926 se derrumbó bajo los bandos radicales nacionalistas que deseaban expandirse por toda Asia. Luego de la Primera Guerra Mundial entraron en le segunda guerra con China (1937-1945) y también en la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) bombardeando la ciudad estadounidense de Pearl Harbor en 1941 y atacando las colonias británicas de Malasia, Singapur y Hong Kong. En 1945, Japón se rindió de manera incondicional después de recibir las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki. Solo quedaba un país totalmente destruido y en bancarrota bajo el control de los EEUU.
Los primeros pasos del renacimiento fueron en 1947, cuando Japón adopta una nueva constitución en la que se enfatiza las prácticas liberales democráticas. En 1952 el Tratado de San Francisco puso fin a la ocupación de los Aliados, EEUU se retiró por completo del país y a los cuatro años a Japón se le reconoció el ingreso a las Naciones Unidas. Japón absorbió rápidamente las nuevas tecnologías y el desarrollo económico del país se despegó, transformándose en la segunda potencia económica mundial después de EEUU. A estas décadas se las conoció como el «Milagro Económico Japonés». El milagro se estancó en los 90.
En las primeras dos décadas de este nuevo siglo, Japón a vuelto a experimentar un crecimiento económico, aunque más paulatino, solo interrumpido por el fuerte terremoto de 2011 que azotó al país y provocó el desastre de la central nuclear de Fukushima. Japón actualmente funciona como Monarquía Constitucional, con el poder del Emperador limitado a una figura ceremonial.
Clima de Japón
Japón se encuentra en el hemisferio norte y sus cuatro estaciones son bien definidas, por lo que dependiendo cuales sean tus intereses y a que isla vayas cualquier época puede ser buena para viajar. Te vamos a resumir cuales podrían ser los mejores momentos según lo que busques.
Hokkaido es la región más fría del país. Las temperaturas de verano (julio a septiembre) no sobrepasan los 22ºC. Si tu interés es de conocer lugares probablemente sea la mejor época para no pasear congelado. Sin embargo, Hokkaido es cuna de los deportes de nieve y alardea de una nieve de excelente calidad. Si lo tuyo es el esquí, snowboard o similares, entonces ve entre diciembre y abril, época en que abren las estaciones de esquí y en que podrás experimentar el Festival de Nieve de Sapporo.
Honshu varía de norte a sur. El clima suele ser húmedo continental al norte (regiones de Tokio y del Monte Fuji), los inviernos suelen ser muy fríos y con nevadas y los veranos muy calurosos. El clima en el suroeste es húmedo y subtropical, los inviernos son menos duros. La mejor época sería a principios de otoño, con una temperatura buena en toda la región y precios asequibles. Primavera suele considerarse la estación más bella por la floración de los cerezos (hanami). Es cierto que visitar la región durante el hanami es bellísimo, pero también es la temporada alta de la isla, con más turistas y precios más altos.
Okinawa goza de un clima subtropical muy agradable, con una temperatura media en invierno de 17ºC. La estación lluviosa va de mayo a septiembre. La mejor época para visitar esta isla, cuyo mayor atractivo son sus playas, sería en abril, octubre y noviembre, cuando las temperaturas rondan los 21ºC y hay pocas lluvias. Invierno (diciembre a marzo) es la época de menos lluvias pero con las temperaturas más bajas.
Cultura
Probablemente la cultura japonesa sea la cultura asiática más extendidas por occidente gracias al manga y el anime. Japón ha evolucionado mucho y cuando llegues no esperes encontrar samuráis caminando por las calles y casas de madera y papel por doquier. Actividades modernas como el karaoke son muy populares.
Aun así, Japón se ha encargado de mantener a flote su cultura clásica enlazándola sutilmente con las modernidades del siglo XXI, con la continuación de vestimentas, música y rituales tradicionales en las fiestas locales y nacionales. En ellas la gente asiste con kimono, puedes escuchar instrumentos tradicionales como el shamisen (guitarra japonesa) y el taiko (tambor japonés) y presenciar la ceremonia del té. Tratando de no ser muy repetitivo ni detallistas, pues la cultura nipona es amplia, te hacemos un resumen de lo esencial a saber.
Las costumbres
Los japoneses suelen ser personas reservadas. Su educación los lleva a parecer «tolerantes» y por eso, aunque a veces les irritan los comportamientos extranjeros, sería raro que te digan algo. Trata de evitar hablar a los gritos o en tonos muy altos, conversar por teléfono en el transporte público, realizar saludos efusivos (abrazos, besos en la mejilla, a veces incluso estrechamiento de manos) y andar a los besos con tu pareja por la calle. Los japoneses (al igual que casi todos los asiáticos) son muy de la distancia social y las formalidades para hablar.
Notarás que incluso muchas veces se comunicarán contigo a través de gestos. Lo clásico es la reverencia para todo, saludar, despedirse, disculparse, agradecer. La reverencia tiene diferentes niveles según el ángulo de inclinación, la jerarquía, la situación social, etc., pero como extranjero no precisas conocerlos, con que hagas una leve inclinación con las manos al costado al saludar y despedirte es suficiente.
Si los japoneses realizan una cruz con sus antebrazos a la altura de su pecho es como si te dijeran un NO rotundo. Por el contrario, para darte un OK realizan un círculo con el índice y el pulgar. Cuando se señalan a la nariz con el dedo índice es el equivalente nuestro a señalarnos al pecho para referirnos a «yo». Y si notas que mueven la mano frente a la nariz como si algo oliera mal, en realidad quieren decir «no te preocupes» o «no es importante». ¡Seguro que estás ansioso por saber que es la V esa que hacen con los dedos para las fotos! Lamentamos decepcionarte, no significa nada. Es un gesto que se puso de moda después que lo realizara un famoso cantante pop japonés en un comercial.
Los modales en la mesa son todo lo contrario a occidente. Si tomas sopas o sorbes fideos se espera que seas ruidoso como muestra de que la comida es de tu agrado. Acércate el cuenco con las manos a la cara para comer la sopa, los fideos o el arroz, y al utilizar palillos (hashi en japonés) no los claves en el arroz (¡es un gesto para las personas fallecidas!). Los palillos se utilizan solo para comer, está mal visto que revuelvas tu comida con ellos, que chupes o muerdas las puntas, que señales a otros con los palillos o que los dejes sobre el bol. Notarás que en la mesa hay un pequeño soporte para los palillos donde se espera que los apoyes cuando no los usas.
Algo a lo que te acostumbrarás rápido es a quitarte el calzado para entrar a los hogares o a los templos cerrados. Buen momento para llevar medias que no tengan agujeros. Claro que nadie te va a matar ni se va a ofender terriblemente si incumples estas costumbres. Japón ya no es una isla aislada del mundo y saben que los extranjeros no están familiarizados con sus reglas. Sin embargo, tomaran con agrado ver que te esfuerzas por tratar de respetar sus costumbres.
Los japoneses son muy dado al sincretismo (conciliación de doctrinas distintas). Que no te extrañe ver decoraciones de festividades occidentales como Halloween y Navidad, e incluso adaptaciones propias como han hecho con San Valentín, transformándola en un complejo ritual que ha evolucionado hasta diferenciarse por completo de la fiesta occidental original.
La religión en Japón
A los extranjeros esto nos suele confundir mucho pero Japón tiene dos ramas principales: el budismo y el sintoísmo. El budismo llegó al país en el año 572 y es la religión mayoritaria.
El budismo más extendido en el sudeste asiático (Laos, Tailandia, Camboya, Myanmar) fue el theravada, mientras que en Japón, China y Corea se impuso el mahayana, un movimiento con una interpretación más laica de los textos de Siddhartha (el primer Buda). A diferencia del theravada, el mahayana no considera a Buda una deidad sino una filosofía de vida. Por eso notarás que sus templos son muy diferentes a los del sudeste asiático.
Por otra parte, el sintoísmo fue la religión oficial del país por varios siglos y actualmente es la segunda más profesada en el país. Se basa en la veneración de los kamis (espíritus) de la naturaleza. Los kamis pueden representar desde objetos pequeños e inorgánicos hasta enormes objetos (como el sol), lugares o fenómenos atmosféricos.
La diferencia en Japón entre un templo budista y un templo sintoísta suele ser confusa al principio. Más si consideras que la mayoría de los japoneses suelen practicar ambas a lo largo de su vida. Vamos a darte algunas pistas básicas.
En un templo budista siempre tendrás a la entrada una pagoda y los quemadores de incienso frente a la habitación donde se encuentre la estatua de Buda. Los carteles o mapas utilizan como icono del templo budista la esvástica, un símbolo que en occidente lo asociamos con los nazis pero que en realidad es mucho más antiguo a Hitler. Cuando entres al templo usualmente veras guardianes con morfología humana custodiando la entrada. La pista definitiva es ver estatuas de buda en el interior, pero no todos los templos budistas las presentan.
En un templo sintoísta siempre tendrás a la entrada el torii, el arco rojo (aunque no siempre es de este color) rectangular tan típico de las películas japonesas, y una fuente de purificación (temizu) marcando la entrada donde lavarse manos y boca. A estos templos se los denomina shinto, literalmente «camino de los dioses». Cuando entres al templo usualmente veras estatuas de animales custodiando la entrada. Lo más común es ver zorros o perros. Una vez dentro suele haber un kamidana, un altar de madera donde se encuentra el kami.
Ahora, con todo este asunto de que los japoneses sean tan sincretistas (eso de adaptar y fusionar doctrinas y costumbres de orígenes diferentes así como quien se prepara el desayuno) que no te extrañe ver cosas de uno en el otro, como puertas torii en templos budistas. Al final lo mejor es que disfrutes de los templos y no te estreses mucho con cual es que o si estás haciendo bien los ritos de purificación. Los japoneses no son tan estrictos como en el sudeste asiático con la vestimenta para ingresar al predio de los templos, lo más importante que te quites el calzado para ingresar a los recintos cerrados.
Comida
Japón es más que sushi y té matcha. La comida de Japón puede estar llena de sorpresas que te detallamos en nuestro post Cocinando en Japón. Para que sepas que debes probar sí o sí en cuanto pises la tierra del sol naciente, lee nuestra entrada Comida de Japón. No te vayas sin probar todas las delicias que mencionamos.
Ruta de viaje
Nuestro viaje por Japón fue exclusivamente por la isla de Honshu. Realizamos un circuito circular, comenzando y finalizando en Tokio. Estuvimos tres meses y aun así nos quedamos cortos de tiempo. Japón es un país fascinante y recorrerlo con propiedad toma su tiempo. A continuación te dejamos nuestra ruta de viaje con mapa incluido. Para narrarte los detalles de cada lugar pincha sobre el nombre y te llevará a su entrada exclusiva.
Tokio
Capital del país. La ciudad donde lo último en tecnología vive en armonía con las tradiciones antiguas y donde lo bizarro es el pan de cada día. Experimenta lo eclético y lo excéntrico en esta inmensa metrópoli.
Yokohama
Una ciudad que erróneamente puede confundirse con los suburbios de Tokio. Yokohama tiene su propia identidad, muy marcada principalmente por el siglo XX, y a sido un punto clave para el desarrollo del Japón moderno.
Osaka
La tercera ciudad más grande de Japón después de Tokio y Yokohama. Si en Tokio se le da mucha importancia a los buenos modales y las apariencias, en Osaka son más espontáneos, sinceros y simples para vestirse. Durante el siglo XIX, Osaka fue el mayor centro industrial y se la conoció como el «Manchester de Oriente». Un viejo dicho dice «Los de Kioto están (económicamente) arruinados por gastar mucho en ropa, los de Osaka están arruinados por gastar mucho en comida».
Nara
Durante el Período Nara, 710 al 784, esta fue la capital de Japón. En esa época se construyeron la mayoría de los grandes templos que hoy se pueden visitar. Desde 1998 los templos y ruinas de Nara son Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, formando el conjunto de monumentos históricos de la antigua Nara. Estos son: Hōryū-ji, Tōdai ji, Kōfuku-ji, santuario Kasuga, Gangō-ji, Yakushi-ji, Tōshōdai-ji y los restos del palacio Heijō.
Kioto
Después de Nara, Kioto fue la capital de Japón por más de 1000 años y sede de la Corte Imperial. De hecho, el significado literal de Kyoto es «capital» o «residencia imperial». Kioto conserva hasta nuestros días numerosos edificios antiguos que sobrevivieron a la guerra y que hoy podemos apreciar y disfrutar. Además, es famosa por el distrito de Gion, el mayor barrio activo de geishas y maikos.
Kobe
Ubicada sobre la bahía de Osaka. Al finalizar el aislamiento del país en 1853 Kobe fue una de las ciudades seleccionadas como puerto internacional. Desde entonces se ha destacado como ciudad portuaria y cosmopolita con sus propios festivales de moda y jazz. Existe un dicho japonés que reza «Si no puedes ir a Paris, ve a Kobe». A algunos kilómetros del centro se encuentra Arima Onsen, una villa dedicada a las aguas termales.
Himeji
Principalmente visitada por su famoso castillo blanco, uno de los más bellos de Japón, declarado en 1993 Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Se la conoce como Hakuro-jō o Shirasagi-jō («Castillo de la garza blanca»). Además, aprovecha para visitar el Templo Engyo-ji en el Monte Shosha, donde se filmó parte de «El último samurái».
Hiroshima y Miyajima
Seguro que has escuchado hablar de Hiroshima por los lamentables sucesos de la Segunda Guerra Mundial, transformarmándola en la primer ciudad atacada por una bomba atómica. En esta entrada queremos mostrarte los monumentos actuales del suceso y luego brindarte un descanso en la isla de Miyajima.
Ueyama y Mishima
Poco nombradas, están fuera de los mapas turísticos y por eso nos encantó descubrirlas. Te queremos contar sobre el ambiente rural en las montañas de Ueyama y la tranquila ciudad costera de Mishima.
Monte Fuji y la Región de los Cinco Lagos
¿Cuáles son las primeras imágenes que te vienen a la cabeza cuando te dicen Japón? Sushi, geisha, samurai, Monte Fuji. Bingo. El Monte Fuji es un emblema de Japón y queremos contarte todo sobre él. Cómo se asciende a su cumbre, donde se puede esquiar, qué es ese bosque que le rodea, cuales lagos y pueblos hay a su alrededor, qué hay para hacer en ellos. Todo y más en esta guía inigualable del Fuji.
Kanazawa
Kanazawa es una ciudad que reboza historia. Caminando por ella uno fácilmente puede sentirse en el antiguo Japón sin necesidad de pecharse con millones de turistas. Con su antigua arquitectura, esta ciudad imbuida de eventos te transportará al antiguo Japón feudal. Gracias al Clan Maeda, Kanazawa llegó a ser tan importante durante el Período Edo como para competir en poder y prestigio con Edo (antigua Tokio).
Península de Noto
En la Prefectura de Ishikawa, región de Chubu, hay más cosas que merecen ser visitadas además de la histórica ciudad de Kanazawa. Tempranito nos encaminamos a la Península de Noto, 100 kilómetros de tierras que se extienden en el Mar de Japón y donde nos esperan paisajes marinos que pasaremos a relatarte en esta guía.
Shirakawa Go y Gokayama
Perdidas entre las montañas de las prefecturas de Toyama y Gifu están las tradicionales aldeas de Shirakawa-go y Gokayama. Los pueblos de Shirakawa-go y Gokayama fueron inscriptas en la Unesco como Patrimonio de la Humanidad en 1995. Este Patrimonio de la Humanidad se compone de un conjunto de tres lugares históricos.
Nagano
Nagano es una ciudad cerca de las montañas con una población pequeña. Al ser una ciudad chica se respira paz y tranquilidad. Sus atractivos son pocos pero interesantes y atrayentes. Además, los alrededores de Nagano están llenos de puntos interesantes.
Kamakura
Kamakura es una ciudad rodeada por montañas desde las que el Clan Minamoto gobernó Japón entre los años 1185 y 1333. Hoy es un imán de turistas por sus numerosos templos, santuarios y playas, con la estatua del Gran Buda y la isla de Enoshima como estrellas del escenario.
Enoshima
Cuenta la leyenda que la isla de Enoshima surgió de las aguas por obra de Benten, diosa de la música, el conocimiento, la buena fortuna y la prosperidad, para encontrar al temible dragón que asolaba la región. Una interesante historia de amor y guerra que sentó las bases para los primeros santuarios y templos del islote.
Mapa de nuestro itinerario por Japón
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