Meknes (o Mequinez) recibe su nombre de la tribu bereber (amazigh) que la fundó, los Meknasa. Nuestra estancia en Meknes resultó más larga de lo previsto. Pudimos apreciar bien sus cosas lindas: su tranquilidad (en comparación a ciudades similares como Fez o Marrakech), sus múltiples murallas, sus mega puertas alucinantes y sus ruinas romanas. Te contamos su historia en esta guía de qué ver en Meknes.
Que encontrarás aquí
Cómo llegar a Meknes
Meknes se encuentra conectada a las demás ciudades principales (Marrakech, Casablanca, Rabat, Tanger) por tren y autobús. Existen dos estaciones de tren, una pequeña cerca del casco histórico (Estación El-Emir Abdelkaer) y una más grande ubicada en la periferia. A esta fue la que llegamos nosotros.
La Estación de Autobús (Gare Routiere) está al oeste de la Medina, pegada a la estación de los Grand Taxi que son otra forma de llegar a Mequinez. Los Grand Taxi son furgonetas compartidas que suelen utilizar los locatarios pero que bien puede incluir extranjeros.
Moverse por Meknes
Meknes es relativamente chica, con distancias bastante caminables. Lo que más nos sorprendió fue que a los Petit Taxis no era necesario pelearles el precio y que casi todos utilizaban el taxímetro de forma honesta sin que se lo pidieras. Por su bajo precio y facilidad es una muy buena forma de moverse en los casos que precises. La bajada de bandera comienza en los 7 dirhams (MAD) y cada 20 metros se agregan 0,20 MAD.
Dónde dormir en Meknes
La mayoría del alojamiento está concentrado en la Medina de Meknes y sus alrededores. Nosotros conseguimos buen precio reservando a través de AirBnb. En Marruecos el método de ir hotel por hotel preguntando y regateando se puede volver muy tedioso entre la variedad y la cantidad de gente.
Qué ver en Meknes
La historia de Meknes se remonta al siglo VIII con el asentamiento de la tribu Meknasa. En 1601 los almorávides la anexionaron a su territorio y construyeron una kasbah (fortaleza) y la primer mezquita de Meknes, hoy todavía en pie y conocida como la Gran Mezquita de Meknes (Al Masjid AlAdam). La ciudad pasó por diferentes dinastías que le fueron dejando su marca (Almohade, Benimerín, Wattasida, Saadí) y fue un importante centro cultural con la destacada Madrasa Bou Inaia.
Podemos decir que su mejor época fue bajo mandato del sultán Mulay Ismaíl (1672-1727), quien la declaró capital del imperio de la Dinastía Alauita (título que duró solo hasta la muerte del susodicho sultán). Fueron años de importantes construcciones que actualmente se pueden visitar: el Mausoleo de Mulay Ismaíl, la prisión de Kara, Bab Berda y Bab Khemis (puertas de entrada a la antigua ciudad amurallada), la Mezquita Bab Berdieyinne, el palacio Heri al-Mansur, etc.
Poco más se hizo después de su muerte. Con la colonización francesa del siglo XX se creó la Ville Nouvelle, un nuevo distrito de estilo europeo instalado por fuera de la Medina que prosiguió creciendo después de la independencia del país en 1956. Con una idea general de los sucesos más importantes de la ciudad ya podemos empezar a contarte lo que tiene para hacer y ver.
Medina de Meknes
Todo lo mejor de lo que hay para ver se encuentra, por supuesto, en la Medina de Meknes. Por si aún no leíste algún otro post nuestro sobre Marruecos, te contamos que la Medina es como se conoce en el mundo musulmán (especialmente del norte de África) al casco antiguo de la ciudad.
Lo más entretenido es perderse por sus zocos, mercados tradicionales de apariencia infinita en los que se puede encontrar de todo y en los que es menester utilizar al máximo las habilidades de regateo y agudizar los sentidos contra engaños y trucos. Algunos puntos de interés de la Medina quedan totalmente perdidos entre la marea de tienditas, vendedores y viandantes, como la Mezquita Nejjarine de la que apenas se ve su minarete o la Madrasa Bou Inaia. Otros por suerte no tanto, como la Gran Mezquita (Le Grande Mosquée).
Madrasa Bou Inania
La madraza es el nombre que recibe cualquier tipo de escuela en la cultura árabe, aunque usualmente refiere a las academias religiosas. La madrasa más antigua es de origen marroquí y se fundó en Fez en el año 859. Existen varias madrasas en Meknes, siendo Bou Inaia la de mayor relevancia.
La Madrasa Bou Inaia fue mandada a construir por el sultán benimerín Abu al-Hasan en el siglo XII junto a muchas otras por todo Marruecos. La dinastía benimerín quería de este modo extender las artes y la literatura, pues las madrazas no solo dictaban teología. También se utilizaban para impartir clases de ciencia e historia. La arquitectura de las madrazas solía ser exquisita, y es interesante ingresar para apreciar el decorado y distribución de las salas y patio donde se dictaban clases.
- Horario de apertura: 9:00-12:00hs y 14:00-18:00hs.
- Precio de entrada: 60 MAD
Lahdim Square
La Lahdim (o el-Hedim) Square es la plaza principal ubicada en el corazón de la Medina y vendría a ser la versión pequeña de la Plaza Jemaa El Fna de Marrakech. Se encuentra emplazada en una zona demolida por Mulay Ismaíl durante la construcción de su palacio. El sultán decidió mantenerla como un espacio público abierto para que el palacio quedara separado del resto de la ciudad.
En ella verás bastantes restaurantes y cafés, puestitos de artesanías, de jugos y de comida, músicos, acróbatas, encantadores de serpientes, adiestradores de monos y de hasta una avestruz. Los últimos tres te pedimos que evites fomentarlos, con la esperanza de un día poder erradicar este entretenimiento que incluye sufrimiento animal a falta de interesados.
Bab Mansour
En frente a la Plaza el-Hedim se despliega la antigua muralla de la kasbah de Mulay Ismaíl con la histórica puerta de Bab Mansour, la más grande de Marruecos y de África del Norte construida por Ismail en el 1732. Su nombre fue herencia del arquitecto y diseñador que la llevó a cabo, el esclavo cristiano Mansour al-Alj, convertido al islam.
Mausoleo de Mulay Ismaíl
A pocos pasos de Bab Mansour se encuentre el Mausoleo de Mulay Ismail. A lo largo de sus 82 años de vida (de los cuales gobernó 55 años) este sultán supo resaltar no solo por sus construcciones y por unificar Marruecos, también por sus conquistas a los europeos, sus alianzas con los franceses, su temido ejército de la Guardia Negra y sus más de 800 hijos fruto de un harén de al menos 500 concubinas y 4 esposas.
Para nuestra mala suerte, cuando fuimos el Mausoleo se encontraba en renovaciones y solo pudimos apreciar la fachada. Un hombre de vida tan singular seguro que mandó hacerse un sepulcro excepcional. La cripta también guarda los restos de su hijo y sucesor, Ahmad ad-Dhahabi, y del sultán Mulay Abd ar-Rahman. Los marroquíes todavía consideran el lugar un barakah, un punto de bendiciones y misticismo islámico.
Pabellón de los Embajadores (Qubbat al-Khayyatin) y Prisión de Kara (Habs Qara)
El Qubbat al-Khayyatin, traducido como Pabellón de los Embajadores, era una Sala de Audiencias donde el sultán Mulay Ismail recibía a los embajadores extranjeros. Se encuentra pegada a la Prisión de Kara, o Habs Qara, y por ende incluida en el mismo ticket de entrada.
La «prisión» (ya explicaremos las comillas) está compuesta de tres enormes salas subterráneas cuya única conexión con el mundo exterior son los ventanucos redondos que sobresalen de la superficie y que en sus inicios se expandían bajo tierra hasta los 7 km de largo incluyendo los pasillos y las estancias anexas.
Mandada a construir por nuestro amigo Mulay Ismail, la leyenda negra cuenta que en ella alojaba decenas de miles de esclavos cristianos. Este verso era relatado por sus enemigos religiosos a la población para infundirles terror hacia los musulmanes. La realidad es que servía de almacén y granero. El costo por entrar es de 60 MAD, precio que nos resultó caro para lo que ofrece y por el que decidimos no ingresar.
Plaza y Mezquita Lalla Aouda
Cruzando la emblemática entrada de Bab Mansour llegarás a una plaza nombrada por la mezquita que le decora de fondo, Lalla Aouda. Aunque originalmente fundada por la dinastía benimerín en 1276, el sultán Mulay Ismail la remodeló para transformarla en la Mezquita Real del Palacio Imperial. Por eso lo máximo que se ve es el minarete color turquesa que se levanta por detrás de las murallas del antiguo Palacio Real.
La Plaza Lalla Aouda surge como una larga esplanada con árboles y varios bancos para sentarse a descansar. Desde allí es posible caminar hasta la entrada del Palacio Real actual, donde dos Guardias Reales escoltan la enorme entrada, y en el paseo cruzar por varias puertas hermanas en similitud a Bab Mansour, a saber: Bab el-Khemis y Bab Berda’in.
Al igual que la mezquita y la plaza, todavía existen remanentes de muchas otras partes del antiguo Palacio Imperial. Una famosa es Dar el-Kebira, el palacio más antiguo de la Kasbah de Mulay Ismail dónde residía con su familia. Se encontraba conectado con la mezquita Lalla Aouda y el mausoleo. Destruida con el tiempo y con el gran terremoto de 1755, los lugareños construyeron casas por encima y hoy solo quedan algunas de sus antiguas paredes.
Otra zona antaño importante era Sahrij (Bassin Souani ) y Heri as-Swani, la primera una cuenca artificial con pasajes y cámaras que suministraba agua a la Kasbah de Ismail, la segunda una edificación compuesta de 22 filas de arcos techados que se utilizaban de granero y almacén. Muchos lo venden como los antiguos establos reales del palacio, concepto erróneo, a 70 MAD la visita. Nosotros optamos por saltárnosla.
Meknes Royal Golf
Para evitar tanto gasto, te recomendamos visitar el Meknes Royal Golf. Un campo de Golf de acceso gratuito que sirve como remanso de verde y paz entre el ajetreo de Mequinez. Nuestras dos mejores recomendaciones para hacer es pasear por ella y/o tomar un té a la menta clásico marroquí en la terraza de alguna de las lujosas riads que sobresalen de las murallas.
Volubilis
Volubilis sería el último punto esencial a visitar estando en Meknes. Para no alargar este post, te contamos todo lo referente a la antigua ciudad romana en una entrada aparte. Descubre como llegar, cuanto cuesta y que hay en nuestra Guía para visitar Volubilis.
Mapa de Meknes
Pasear es más sencillo con un mapa. Encuentra los lugares en este que confeccionamos especialmente para ti haciendo zoom en la ciudad. ¡Es posible incluso descargarlo y utilizarlo sin internet!
¿Alguna sugerencia para el post o estuviste y querés contar tu experiencia? Comparte en los comentarios 😀
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