Viajar a Marruecos es una buena opción para aquellos que quieren comenzar a explorar África. Los marroquíes están acostumbrados a recibir millones de turistas al año y por lo tanto el país presenta muchas facilidades. Su interesante historia, ligada de una forma u otra a la Península Ibérica, la transforma en un sitio atractivo que te permite sumergirte en un mundo totalmente distinto sin estar muy lejos de lo familiar. Acompañanos en este viaje y descubre con nosotros Marruecos.
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Un poco de historia antes de Viajar a Marruecos
Para hacerte a la idea de hace cuánto que Marruecos está habitada, basta con decir que en 2017 aparecieron en sus tierras los fósiles más antiguos de Homo sapiens hallados hasta el momento con 300.000 años de antigüedad. Saltemos en el tiempo, a fines del siglo VII. Ya han pasado fenicios, romanos, visigodos y vándalos, pero los únicos que se han quedado son las tribus bereberes.
Es así como los bautizaron los griegos, barbr («bárbaros»), y luego los árabes lo deformaron en bereber. Sin embargo, ellos se autodefinen como imazighen, o amazigh en singular, que significa «hombres libres». Los imazighen han estado por mucho tiempo en todo el norte de África, pero por ser una cultura de tradición esencialmente oral no existen muchas pruebas escritas.
Durante el siglo VII la reina y guerrera bereber Dihia luchó sin éxito para impedir la expansión islámica. A su muerte, muchos bereberes se convirtieron a la nueva religión y los musulmanes se enraizaron en estas nuevas tierras, transformando a Marruecos en un centro cultural islámico y una potencia regional. Varias de las dinastías musulmanas más poderosas fueron de bereberes convertidos, como los almorávides y los almohades.
La primera capital fue Fez, fundada por la dinastía Idris en el 789. Destacó como centro cultural y hoy tiene el honor de ser sede de la universidad más antigua del mundo. En 1062 es desplazada como capital por Marrakech, establecida por el primer emir de la dinastía bereber de los almorávides. Esta dinastía, junto con la almohade, logro expandirse por la península ibérica. La ocupación europea duró hasta la reconquista cristiana, que provocó un retorno masivo a tierras africanas de musulmanes y judíos.
Los europeos realizarían esporádicos ataques a Marruecos hasta el siglo XV, cuando el rey Juan I de Portugal decidió que ya bastaba con esto de los piratas árabes y de no poder controlar la costa africana. En 1415 toma control de Ceuta y luego sigue con Arcila y Tánger (1471), Mogador (1506) y varias ciudades más. Los portugueses llegaron a construir poderosas fortificaciones, pero eventualmente se retiraron del sur por los constantes ataques musulmanes, quedándoles solo Ceuta.
A fines del siglo XVI Marruecos estaba dividida en diferentes reinados islámicos. Esto se terminó en 1631 con la instauración de la dinastía alauita (o alauí), unificando el país y manteniéndose en el poder hasta el día de hoy. La capital se traslado a Mequinez (o Meknes) por un período corto (1672-1727) y luego volvió a ser Fez. Se sucedió un período de paz que no duraría mucho debido al creciente interés de la Europa Industrial por la posición estratégica de Marruecos y sus riquezas naturales.
España logró control colonial sobre la costa sur marroquí en 1884, frente a las Islas Canarias, al que más adelante se denominará Sahara Español. En 1904 Francia también influencia junto con España en la política de Marruecos y para 1912 el norte del país se transformó en protectorado francés y el sur de Marruecos, Melilla y Ceuta quedaron bajo protectorado español. Para 1950 medio millón de colonos franceses tenían propiedad sobre las tierras marroquíes.
El gobierno francés tuvo dos caras opuestas. Por un lado colaboró con la modernización del país, fomentando la aeronáutica, construyendo ferrocarriles, rutas y puertos e instalando redes telefónicas. Por otro, explotó los recursos minerales a su favor, desplazó abusivamente a campesinos y poblaciones apropiándose de sus tierras y no invirtió nada en viviendas ni educación.
Como resultado se comenzó a demandar la independencia de Marruecos y, tras una oleada de atentados en las calles contra los habitantes europeos, se instauró la monarquía constitucional marroquí en 1956. La ciudad de Rabat pasó a ser la capital y tanto franceses como españoles se fueron.
Devolvieron las tierras expropiadas a los campesinos marroquíes y la nueva Marruecos fomentó la educación básica y universitaria a su población. Por otro lado el actual rey, Mohammed VI, realizó muchos cambios positivos en el código jurídico y a favor de los derechos de las mujeres. Sin embargo, el gobierno todavía tiene un fuerte control sobre las libertades civiles y los medios de comunicación.
¿A quién pertenece Sahara Occidental?
Si te paraste a ver un mapa de Marruecos notarás una línea punteada a la mitad donde comienza Sahara Occidental que no queda claro de quién es. ¿No se suponía que Francia y España les devolvieron todos sus territorios con la independencia? Si y no. Después de mucho diálogo se logró un acuerdo con España para que abandonara el Sahara Español (actualmente Sahara Occidental) en 1976 y quedara en manos de Marruecos y Mauritania. El problema es que nadie contaba con los saharauis.
Resulta que los habitantes autóctonos de esa zona son los saharauis, un grupo étnico con influencias bereberes, árabes y de otros tipos cuyos antepasados deambulan por allí desde el siglo VIII d. C. Ellos no se consideran marroquíes y se autoproclaman la República Árabe Saharaui Democrática (RASD). Desde la retirada española y amparados por la ONU solicitan el referéndum de autodeterminación que nunca sucedió porque Marruecos se opone.
Como el acuerdo de 1976 no fue tomado como válido y actualmente sigue sin haber referéndum, para el derecho internacional España sigue siendo la potencia administradora del Sahara Occidental. En la práctica, el territorio no autónomo está bajo supervisión del Comité Especial de Descolonización de la ONU. Un muro de 2.720 km divide toda el área de norte a sur. La parte oeste (contra la costa) está ocupada por Marruecos y la este se considera territorio controlado por los saharauis.
Si te interesa el asunto y querés saber más al respecto te invitamos a visitar la web Remove The Wall, una ONG que busca concientizar al respecto y cuyo principal objetivo de su campaña es desmilitarizar el área. También está disponible en youtube el documental de 1 hora Al-Yidar («El Muro») o para un resumen flash te dejamos dos videos del youtuber A toda leche: Guerra en el SAHARA 🏝️ ¿es de España, Independiente o de Marruecos?, de solo 7 minutos de duración, y Conflicto del SAHARA vs MARRUECOS en 1 minuto (🇪🇭 vs 🇲🇦), este último un mega resumen de 2 minutos.
¿Es Marruecos seguro?
Nosotros por suerte no tuvimos ninguna experiencia desagradable en Marruecos. En principio con los cuidados básicos debería bastar: cargar siempre con tus pertenencias esenciales de manera segura (dinero, pasaportes, etc.) y evitar lugares poco concurridos y alejados de los centros turísticos a la noche. En los puntos populares suelen haber bastantes policías, más ocupados en cuidar del turista que de los propios marroquíes.
Y sin embargo siempre tuvimos esa sensación, ese sexto sentido que se te activa cuando venís de Latinoamérica, de que el asunto no era tan seguro como aparentaba. No es que fuera África. En Egipto esa sensación no nos acompañó. Puede que solo sea cosa nuestra, porque la realidad es que nunca nos pasó nada. Incluso comparando en internet Egipto con Marruecos respecto a sus índices de seguridad, vimos que Marruecos aparece mejor posicionada. Por eso invitamos a todos los viajeros que nos leen y que estuvieron en Marruecos que nos cuenten su experiencia al respecto en los comentarios.
Clima de Marruecos
«Esto es África así que debe hacer calor.» ¡¡ERROR!! En Marruecos hasta pasamos frío, pues su clima es tan variado como su geografía. Por un lado está toda la zona costera mediterránea (al norte) y oceánica (al oeste con el Atlántico). Esta área goza de un clima templado todo el año, con un promedio de 25 °C en julio y 12 °C en enero.
En la zona norte y centro se encuentra toda la cadena montañosa del Atlas, con un pico máximo de 4.167 metros sobre el nivel del mar. El tiempo cambia según uno va ascendiendo y en invierno nieva y abre la estación de esquí (sí, en África nieva!). Sin llegar tan alto, en las llanuras del centro de Marruecos hay mucho verde gracias a las praderas y bosques que contribuyen a un clima de cuatro estaciones. Por ejemplo, Fez y Chefchaouen son calurosas en verano pero frías y con lluvia en invierno.
Al sur del país, y mientras más te acerques a la frontera con Argelia, predomina el clima semi-árido hasta llegar a ser desértico. Durante todo el año hace calor de día y frío a la noche. Solo el borde este de Marruecos y su zona conflictiva – Sahara Occidental – se encuentran propiamente dicho en el desierto del Sahara.
Comida
Cuando dijimos que nos íbamos a Marruecos, a cada persona que nos cruzábamos nos decía «Waa, la comida tremenda». Tremenda decepción. Nos vendieron el país como un paraíso gastronómico y ni viviendo con locales descubrimos recetas sorprendentes. Los restaurantes usualmente venden los mismos platos tradicionales: mil y un variedades del tajín y el cuscús.
El cuscús es un plato tradicional bereber y su ingrediente principal es sémola de trigo al que se le agrega verduras, garbanzos y pollo. El pollo, por cierto, es la carne más consumida y en cualquier zoco que entres verás puestos donde se venden las gallinas vivas. Los viernes en la religión musulmana son lo que el domingo para los católicos y es costumbre que las familias se junten a comer cuscús ese día después de la oración.
El tajín también es tradicional de la gastronomía bereber y su nombre se lo da la olla de barro de forma cónica en la que se cocinan los ingredientes. La peculiar forma mantiene el calor y el vapor, cocinando los alimentos sin que se resequen. El tajín puede ser de cualquier cosa: de verdura, pollo, cordero, etc. Que sea más o menos sabroso depende de que tan bien lo condimenten. Nosotros tuvimos la suerte de probar tajín casero varias veces y son mil veces más ricos que los comprados en un restaurante turístico. Te contamos como prepararlo en la entrada Receta del Tajin – Cocina de Marruecos.
Para desayunar un clásico es la harira, una sopa tradicional que se prepara con lentejas rojas, verduras y carne. Siempre viene acompañado con uno o dos huevo duros y dátiles. Esta sopa nos gustó mucho.
Otra especialidad que no se vende a los turistas pero puede que te ofrezcan en un hogar es la carne de paloma. Como leíste, esta ave se cría para consumo no solo en Marruecos, también en Egipto y Argelia. Un plato típico consumido usualmente en celebraciones especiales es la pastela, un pastel de masa hojaldrada espolvoreado de canela y azúcar glas y relleno de cebolla, carne de paloma, perejil y almendras.
La carne de camello también es bien valorada. Sin llegar a la carne, su leche ha sido siempre una de las fuentes principales de alimentos entre las tribus nómadas. Por su alto costo no es algo que pruebes en cualquier tiendita de morondanga.
Sin meternos en restaurante ninguno, lo mejor para nosotros fue el rghaf o msemen (o a veces mal nombrado crepe). Es como un panqueque relleno de lo que tu prefieras (lo más común es queso, cebolla caramelizada o algún dulce) que preparan en el momento sobre una plancha caliente y doblan en varias partes como si fuera un pañuelo. Riquísimo y baratísimo. Muchos gustan de consumirlo con el característico «whisky marroquí», que es nada más y nada menos que el popular té a la menta.
En la cultura marroquí el té es muy importante desde que fuera introducido por los comerciantes británicos en 1854. De carácter social, es como el mate para los uruguayos, tanto que se considera bebida nacional. Como gesto de hospitalidad siempre se le ofrece al invitado y está mal visto rechazarlo. Se prepara con té verde, agua, mucha azúcar y hojas de menta o hierbabuena y se toma a todas horas.
Pero para nosotros lo mejor mejor de la comida marroquí son sus dulces. Empezando por los dátiles marroquíes que los hay de distintos tipos y formas, cada uno de ellos de exquisito sabor. Hasta tienen un festival de los dátiles celebrado cada año en Efroud, la ciudad de los dátiles. No por nada Marruecos es uno de los mayores productores y exportadores de esta deliciosa fruta.
El dátil está presente en la amplia repostería marroquí, frente a la que nos sacamos el sombrero, que incluye los famosos baklava, los maqrud, los ka’ab al-gazal (o cuernos de gacela), los brewat en forma de triángulo, los mhansha en forma de caracol y los makrud, entre solo algunos de los muchísimos dulces preparados usualmente con masas hojaldradas, frutos secos y miel. 🤤
Por último, y antes que se nos pase, queremos mencionar el bastella, unos bollos de masa hojaldrada en capas rellenas de carne dulce y bien condimentada y pasta de almendras. Verdadera delicia incluso para los que no nos gusta tanto lo agridulce.
Cultura marroquí
La cultura marroquí es una fusión en el tiempo de distintas civilizaciones: fenicios, romanos, judíos, árabes, andaluces, franceses, españoles, bereberes. Marcado principalmente por el islam, que es la religión practicada por el 99% de la población, y sus raíces bereberes.
Aún así, hay bastante flexibilización y no solo las mujeres extranjeras están exentas de usar el hijab, muchas marroquíes solo lo usan para ingresar a las mezquitas. Por otro lado, la poligamia es cosa rara (menos del 0,5% de la uniones civiles) y solo puede realizarse con el consentimiento de la primer esposa. Eso sí, no trates de ingresar a un cementerio musulmán porque te sacan a patadas (al menos en nuestra experiencia). Al igual que en las mezquitas, solo los musulmanes pueden entrar a una necrópolis islámica.
No nos pregunten por qué pero los marroquíes son muy reacios a las fotos. Aunque le estes apuntando a la mezquita y no te quede otra que incluirlo en el cuadro porque la calle está a reventar de gente se enojan como si ellos fueran el objetivo. Que sean musulmanes lo descartamos, porque nunca hemos tenido ese problema en otros países de mayoría islámica. Si alguien conoce la razón y nos lo deja en los comentarios ¡lo agradecemos de corazón!
Existe una gran diversidad musical. Predomina la música árabe y la al-Andalus. Esta última surge de la época en que los musulmanes dominaban la península ibérica durante la Edad Media (y razón por la que hoy una de las comunidades de España se denomina Andalucía). Otros géneros tradicionales son el reggada (original de una antigua danza de guerra del norte), el chaabi (género de música popular) y el gnawa (cánticos de origen religioso islámico del que te hablamos más en nuestra guía de Essaouira).
Vestimenta típica
Una vestimenta muy típica en Marruecos es la chilaba. Este atuendo tradicional hecho de lana o algodón es una túnica con capucha que utilizan hombres y mujeres por igual para andar por la calle. La chilaba va por encima de la ropa y se quita al llegar al destino. En algunos pueblos de las montañas del Atlas utilizar una chilaba color marrón oscuro indica que estas soltero. Lo común es que sean de colores opacos (gris claro, gris oscuro, negro, marrón oscuro, etc.) a rayas o lisos, aunque las chilabas femeninas suelen contar con motivos decorativos y tonos vivos. Los hombres a veces acompañan el conjunto para eventos formales con la tradicional gorrita cilíndrica roja denominada fez.
A la capucha puntiaguda de la chilaba se la conoce como qob y funciona como parasol en el verano, como gorro de abrigo en invierno y para proteger la cara de nieve, lluvia o tormentas de arena. También la aprovechan como bolsillo extra para cargar pan o bolsas de comida. Al principio a nosotros esta vestimenta clásica que los hace parecer magos oscuros o practicantes de una secta satánica (especialmente a los hombres) nos chocaba mucho.
También verás que calzan (y venden por todos lados) balgha, unas alpargatas tradicionales hechas en cuero utilizadas por ambos sexos. Al llegar a la casa la norma es quitarse los zapatos para entrar. No es necesario pantuflas, lo común es encontrar alfombras en suelo, paredes y hasta de edredón.
Idioma
Los idiomas oficiales de Marruecos son el árabe y el amazigh (bereber). En las calles se utiliza una variante del árabe denominada darija y mucho francés para comunicarse con los extranjeros, seguido por el español (especialmente al norte de Marruecos por su proximidad con España) y el inglés (más que nada entre los jóvenes). Eso sí, a la hora de querer venderte algo hablan todos los idiomas. Por último, en el Sahara Occidental se habla el hassaniya, una variante del árabe utilizado por los saharauies.
Te pasamos algunas palabras útiles:
Hola – Salam o ahlan
Adiós – Baslama
Gracias – Shukran
De nada – La Shukran
Perdón – Esmahlí
Por favor – Min fadlilk
Si – Naam
No – Laa
Desayuno – Ftur
Agua – Elmá
Té – Atéi
Café – Cajúa
Zoco – Suq
Mezquita – Masyid
Hotel – Funduq
Disfruta y relajate – Ba saha ou raha
1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8,9 – Wahid, yuy, talata, arbaa, jamsa, síta, sébtaa, tamánia, tísaa
Ruta de Viaje
Nuestro viaje por Marruecos fue de sur a norte. Aterrizamos en Marrakech y lo utilizamos como punto de partida para la Ruta de las Kasbahs. Luego regresamos a Marrakech para ir subiendo por la costa atlántica y eventualmente ingresar al continente.
Finalmente alcanzamos la costa mediterránea y una vez terminamos de visitar todos los puntos nos tomamos un ferry a Tarifa, España. A continuación te dejamos nuestra ruta de viaje con mapa incluido. Para narrarte los detalles de cada lugar cliquea sobre el nombre y te redireccionará a su entrada exclusiva.
Marrakech
Ciudad de larga data que supo ser capital del país en varias ocasiones. Hoy es de las ciudades más turísticas de Marruecos (por no decir que probablemente sea la más turística).
Ruta de las Kasbahs
¿Alguna vez te preguntaste como sería un oasis?, ¿o dormir en una jaima bereber en pleno desierto del Sahara? En la Ruta de las Kasbahs descubrirás esos lugares mágicos que normalmente solo vemos en películas.
Essaouira
Essaouira es una joya costera que casi se pierde en el tiempo. Su puerto y sus productos eran importantísimos en la antigüedad. El siglo XX le trajo un renacer con millonarios excéntricos, directores famosos y turistas bohemios.
Casablanca
El tiempo quiso que Casablanca se despojara de sus humildes orígenes como diminuto poblado Amazigh, más tarde de dominio portugués, para que se transformara en la ciudad más poblada, moderna y cosmopolita de Marruecos.
Rabat
Ubicada a los pies del Océano Atlántico y a orillas del Río Bu Begreb se encuentra Rabat. Como capital histórica y moderna del país ofrece lugares muy interesantes para visitar y algunos de costo cero.
Meknes
Meknes (o Mequinez) fue hogar y capital de Moulay Ismail, primer sultán de la dinastía alauita en unificar todo Marruecos. La impronta de su reinado ha quedado marcada hasta nuestros días en la ciudad.
Volubilis
Si hay algún sitio donde se pueda palpar al detalle la historia de Marruecos como antigua provincia romana es en Volubilis, importante puesto de avanzada del Imperio Romano en los primero siglos.
Fez
Fez fue una ciudad que nos fascinó. Embebida en historia, sus construcciones y su gente te transportan en el tiempo. Si tuvieramos que repetir y nos obligan a elegir entre Marrakech y Fez definitivamente elegimos Fez.
Chefchaouen
En el siglo XV miles de islamistas y judíos fueron expulsados de la Península Ibérica por los Reyes Católicos. En 1471, familias hebreas y musulmanas huidas de Europa fundaron un pueblo que sería conocido como Chefchaouen.
Tetuán
Apodada «La paloma blanca» de Marruecos, Tetuán se caracteriza por su arquitectura y sus estrechos lazos con España desde el siglo XIV. Tanto así que actuó de capital durante la ocupación española en el país (1912-1956).
Tanger, la Cueva de Hércules y Asilah
En la mitología griega Tanger fue fundada en honor a Tingis, esposa del gigante Anteo que murió a manos de Hércules. El héroe durmió esa noche en una cueva frente al Atlántico, la misma costa océanica donde los fenicios fundarían Asilah.