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Gatos de Egipto – Deidad y criaturas sagradas

Gatos de Egipto - Deidad y criaturas sagradas Esfinge de Guiza con la pirámide de Kefren

La relación entre gatos y egipcios es más antigua que los propios egipcios. Es altamente probable que los inicios del gato doméstico como lo conocemos hoy en día ocurrieran en estas tierras hace unos 8.000 – 10.000 años atrás. No fue muy difícil que se llevaran bien.

Los felinos cazaban los roedores que invadían los almacenes de grano, protegiendo el alimento y reduciendo la expansión de enfermedades y plagas que estos u otras alimañas pudieran traer. Además de cazar serpientes, una amenaza en los hogares de aquellos tiempos. Sumado a su carisma y su belleza no es de extrañar que terminaran tomándolos por dioses. Pero, ¿cuánto de cierto hay en algunas creencias que tenemos sobre los gatos y los egipcios? ¿Es hoy todavía tan fuerte el lazo?

Bast – La Diosa con cabeza de felino

Cuando a los gatos se los declaró seres divino en seguida se inventó una diosa que los protegiera. Esta diosa era Bast (o Bastet) y se la representaba como una mujer con cabeza de gato o simplemente como un gato. Era la deidad de la armonía y la felicidad, protectora del hogar y de los felinos.

En los templos dedicados a Bast vivían gatos sagrados que representaban la reencarnación de la diosa. Cuando alguno de estos mininos moría los cuidadores se afeitaban las cejas y guardaban duelo por setenta días mientras se momificaba el cuerpo. Se han encontrado miles de estas momias en Bubastis (Delta del Nilo), en Menfis y Tebas ( antiguas capitales del Egipto faraónico) y en muchos otros antiguos pueblos. 

En esos tiempos estaba terminantemente prohibido vender, maltratar o matar a un gato y el castigo por infringir esta ley podía ser castigado con pena de muerte. Podrás imaginarte que en tales circunstancias no se era «dueño» de un gato, más bien lo contrario. Solo los faraones se podían dar el lujo de tener un gato como «propiedad» y domesticarlos a gusto. El resto de la población debía conformarse con la presencia a antojo del animal o con amuletos que los representaran, por eso era común que a falta de gato en muchos hogares se colocara en el exterior una estatua de la diosa Bast para proteger a sus moradores de los espíritus malignos.

El gato Esfinge – El falso gato egipcio

¿Alguna vez viste esas fotos de unos gatos con rasgos muy finos y totalmente pelados? Seguramente era un gato Esfinge. A pesar de su nombre, este gato de reciente aparición (1964) es de origen canadiense, así que no esperes verlos por Egipto. La pelada es por una mutación genética y no por enfermedad, como podría pensarse.

A diferencia de los gatos a los que uno está acostumbrado, la Esfinge (o Sphiynx en inglés) carece de bigotes y como no tiene pelo no se acicala, por lo que es necesario bañarlo cada tanto. Puede parecer que es el único de su especie, sin embargo existen otras razas sin pelo o de pelo muy muy corto como el Cornish Rex (de origen inglés), el Donskoy (de origen ruso) y el Peterbald (de origen ruso).

Egyptian Mau – El verdadero gato egipcio

El gato Mau Egipcio o Egyptian Mau es el verdadero gato egipcio de orígenes indiscutibles y puede incluso que sea, junto con el gato salvaje africano, de los primeros en haberse hecho amigo del hombre hace unos 4.000 años a. C. Venerado y respetado, aparece representado en innumerables obras de arte, papiros y tumbas del Antiguo Egipto.

Su nombre, Mau, proviene de la antigua palabra egipcia para «gato» que en jeroglíficos se escribe como en la imagen de abajo y fonéticamente se pronuncia miw en masculino y miwt en femenino.

 
Miw (gato)Miwt (gata)
Mau Egipcio. Foto de Liz west from Boxborough, MA, CC BY 2.0, via Wikimedia Commons.

El gato en el Egipto moderno

Hace ya tiempo que el Egipto faraónico que veneraba a los gatos dejó de existir y pasó a pertenecer a los musulmanes. Hoy las pirámides de Giza comparten el Cairo con las mezquitas. Por suerte para los gatos, en el islam también son muy apreciados gracias a que el Profeta Muhammed amaba estos animales.

Aunque dejaron de tener estatuas y templos consagrados a su figura, pululan por las calles de Egipto con desenvoltura. Normalmente no pertenecen a nadie en particular sino que son de toda la comunidad. Siempre hay quien los alimente y los mime porque el islam predica el amor a los animales y especialmente a los gatos. La mayor falencia de este sistema comunitario es que los felinos no cuentan con vacunas ni ningún cuidado médico pertinente, además de la falta de castraciones que agrava el problema de la superpoblación.


¿Conocías algunos de estos datos sobre los gatos del Egipto faraónico? ¿Qué opinas sobre la situación actual de los gatos en Egipto? Comentanos abajo.

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  1. Vicky dice:

    Me encanta esta serie de gatos del mundo. Una suerte de mirada cosmopolita gatuna que resulta super interesante.
    Ignoraba cómo se escribe gato y gata con jeroglíficos, pero viendo lo que Jerry nos cuenta resulta muy engorroso…No comprendo por qué para decir «gato» no alcanza con dibujar el animal y deben agregar todos esos otros chirimbolos incomprensibles. Ni qué hablar que «gata» es más raro ya que ni siquiera han dibujado un felino(como decía Obelix en «Asterix y Cleopatra», estos egipcios están locos9
    En fin, gracias por el artículo y sigan sumando info gatuna por el mundo

    1. Joana dice:

      Gracias Vicky por tu aporte! Nos alegra mucho que guste esta sección en la que estamos ahondando, felinos del mundo y sus curiosidades. Ya vendrán más. Y sí, cuantas verdades declararon los galos en sus andadas por Egipto!

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