La mitad de la frontera portuguesa limita con el Océano Atlántico. El océano ha acompañado Portugal siempre y ha influido en muchos aspectos de su historia, como poderoso imperio marítimo; y de su cultura, como su gastronomía.
Portugal es mar y playa, olas y briza salina, es atardeceres acuáticos y parrilla de pescado, es luchas contra las crispadas olas sobre tablas en busca de gloria deportiva y plácidos paseos en kayak entre sus calas, y en barca sobre sus rías y ríos. No es de extrañar que sus ciudades costeras y playas se hayan ido transformando en grandes atractivos turísticos. En este post te vamos a compartir nuestra experiencia en algunas de esas ciudades y playas de la región de Algarve para luego escaparnos a Évora, ciudad Patrimonio de la Humanidad.
Que encontrarás aquí
Región de Algarve
Faro
La primer ciudad que nos alojó en Portugal fue Faro. Apenas la recorrimos, pues solo pasamos una noche. Lo llamativo de Faro (al menos en invierno cuando el frío es demasiado intenso para aprovechar sus playas) es su humedal fruto de marismas y lagunas de agua salada que forman parte del Parque Natural da Ria Formosa. Tres islas de arena con diversas playas se ubican en la parte del Parque que da al Océano Atlántico, a la altura de la ciudad. Praia de Faro es la principal playa, una larga y estrecha lengua de arena.
Nosotros aprovechamos el atardecer para disfrutar de estos humedales salados visitados por diversas aves. El resto de la noche compartimos mates y música con las couchsurfers que aceptaron alojarnos.
Playas de Lagos
Toda la región de Algarve se destaca por sus increíbles playas. Después de una delicada selección (pues son demasiadas) nos decantamos por visitar Praia Marinha, Praia Benagil y Ponta da Piedade. Seremos locos por visitar playas en pleno invierno, pero su belleza lo valen. Quedamos anonadados frente a tanta hermosura. Como denominador común, se aprecia una arena fina y blanca acompañada de unas aguas claras y turquesas dignas de playa tropical. Solo faltaría que el agua estuviera caliente.
Praia Marinha
Praia Marinha está considerada entre las 10 más bonitas de Europa y entre las 100 más bellas del mundo. El acantilado donde está ubicada crea magníficas cuevas y arcos para explorar a pie.
Praia Benagil
Praia Benagil destaca por su cueva a la que solo se puede accederse a nado. Un enorme agujero en su bóveda de piedra permite el pase de la luz solar. Desde el estacionamiento publico es posible llegar caminando a este orificio, pero una cerca impide al turista incauto acercarse demasiado.
Ponta Da Piedade
Ponta Da Piedade es bellísima y se lleva la palma de oro en lo que refiere a cuevas y arcos. Todos nacidos de las formaciones rocosas de un acantilado de más de 20 metros de alto. Existen senderos para recorrer por tierra el cabo, pero lo más lírico es navegar sus escondidos rincones en antiguas barcas de pesca hoy dedicadas al turismo.
Aunque estos paseos se pueden disfrutar mejor en verano, cuando las temperaturas invitan a ponerse el traje de baño, la estampa de postal la tienen los 365 días y en invierno se pueden disfrutar con poca gente.
Si te interesa saber más sobre las playas de Algarve, sus ciudades, parques naturales y actividades no dejes de visitar la página oficial: Visit Algarve Portugal.
Región del Alentejo
Évora
Nos alejamos de la costa para inmersionarnos en el pasado romano de Portugal. Aunque la región ha sido ocupada desde el período Neolítico, es con los romanos que se fundan los primeros cimientos de la ciudad. Crece durante la Pax Romana, permitiendo al emperador Augusto (sucesor de Julio Cesar) llevar el desarrollo a la entonces provincia de Lusitania en la región de Hispania. Vestigios importantes de aquella época son el templo dedicado al emperador Augusto y las ruinas de antiguos baños públicos.
Caído el imperio romano, le siguen los visigodos, los moriscos y los cristianos. Estos últimos son los segundos en dejar huellas visibles a día de hoy.
El centro histórico se puede recorrer perfectamente a pie. Te describiremos cada lugar en el órden que podría visitarse. La mayoría son de visita gratuita, las que sean paga te aclararemos el precio.
Ubicados en la Fuente Enriquina en la Plaza de Giraldo (Fonte Enriquina da Plaça do Giraldo) se puede apreciar la Iglesia de San Antonio (Igreja de Santo Antao) y el Museo del Reloj (Museu do Relógio, entrada 2€). A la derecha de la iglesia se ve el antiguo acueducto de época romana que llevaba agua hasta la fuente de la plaza (Aqueduto de Àgua da Prata). Si seguimos por el acueducto unos 100 metros y a la izquierda, donde la Plaza de Sertório (Praça do Sertório), llegaremos a las antiguas termas romanas.
Retomemos el camino semi-recto del acueducto, antes de virar a la izquierda. Llegaremos al mal llamado Templo Romano de Diana, fundado en el siglo I, y a sus jardines. Fue un sacerdote quién indujo al error a partir de una leyenda inventada por él. Lo más probable es que el Templo Romano se construyera en honor al Emperador César Augusto. Del templo solo queda parte de lo que era el foro, el resto fue utilizado principalmente en la Edad Media para construir el castilllo de la ciudad.
Mirando al templo está el Palacio de los Duques de Cadaval (Museu do Palácio Cadaval), un edificio del siglo XVII que logra combinar en su arquitectura elementos del góticos, del mudéjar y del período manuelino.
Si te gusta el arte contemporáneo al lado del Templo Romano se encuentra el Forum Eugenio de Almeida que realiza exposiciones de martes a domingos. Para saciar tu sed intelectual, del otro lado del templo también está la Biblioteca Pública de Évora y el Museo Nacional Fray Manuel del Cenáculo (Museu Nacional Frei Manuel do Cenáculo), donde antes se ubicaba el palacio episcopal al lado de la Catedral de Évora (Sé de Évora).
La Catedral de Évora es considerada la mayor catedral medieval de Portugal. Del siglo XIV en estilo gótico y dedicada a Santa Maria, contiene un Museo de Arte Sacra. El costo solo por ver la catedral es de 1,50€. Con claustro incluido 2,50€ y si también se desea visitar el museo entonces 3,50€.
A una manzana del Templo Romano está la Universidad de Évora (Universidade de Évora) fundada en 1559 en donde solía haber una sección de la antigua muralla. Tomando la calle Rua Conde Serra da Toruega desde la universidad pasaras una rotonda (Largo da Porta de Moura) y eventualmente la calle se irá torciendo hasta quedar mirando a la Plaça do Giraldo, donde comenzaste el recorrido.
Antes de llegar, baja por Rua da Republica y te toparás con la Iglesia de San Franscico (Igresja da São Francisco) famosa por su Capilla de los Huesos (Capela dos Ossos). Esta capilla fue la ocurrencia de un grupo de frailes franciscanos en el siglo XVI. Consideraron que revistiendo las paredes y pilares con más de cinco mil calaveras y huesos inducirían a la gente a reflexionaría sobre la fragilidad de la existencia humana. La entrada cuesta 5 €, pero si vas a Faro puedes visitar la Iglesia de Carmo que también contiene una capilla de los huesos y la entrada es solo de 1€.
Hay algunos otros museos e iglesias interesantes y todo está muy cerquita y en el mismo centro histórico. Si te interesa visitarlos puedes ver el mapa con los puntos indicados antes y otros lugares de interés.
Crómlech de los Almendros
Si las míticas piedras de Stonehenge han sido foco de tu curiosidad pero no has tenido oportunidad de verlas, te vamos a pasar el dato de unas muy similares pero mucho menos concurridas y gratuitas. A tan solo 20 km de Évora se encuentra un tesoro megalítico (mega = grande, lítico = piedra) posiblemente conectado a la expansión de grupos humanos en el período neolítico (nada más y nada menos que unos 6 a 4 millones de años antes de Cristo).
Escondido entre bosques de encinas se alzan una buena cantidad de monolitos (también llamados menhires), algunos de hasta tres metros de alto, en forma de dos elipses concéntricas. A diferencia de los dólmenes, cuya función como cámara funeraria es indiscutible para los expertos, el significado y la función de estos megalitos es aún desconocida. Se baraja la posibilidad de que cumplieran una función sagrada y simbólica conectada a los ciclos del sol y la luna. Varios de estos menhires muestran en sus relieves grabados de distinta índole, agregando interrogantes al misterio.
Seguramente solo Óbelix o el druida Asurancetúrix serían los únicos capaces de arrojarnos algo de luz. Aunque el Crómlech de los Almendros es la formación más imponente, no es la única. Existen dispersas otras formaciones similares, dólmenes y menhires. Te adjuntamos un mapita con sus nombres y ubicaciones.
Y de aquí seguimos hacia el norte recorriendo las extensas y rectas carreteras portuguesas.
¿Qué lugar del sur de Portugal te gustaría más vistiar? ¿Conocías los Crómlech de Almendros?
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