Estambul no será la capital de Turquía pero definitivamente es la urbe más conocida del país. Se ubica en el estrecho del Bósforo que separa Europa de Asia y al mar Negro del mar de Mármara. En 2021 fue la tercer ciudad más visitada del mundo y por eso queremos contarte todo lo que hay que saber en tu visita a esta maravilla transcontinental.
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Un poco de historia
Antes de que Estambul fuera Estambul era Constantinopla, y antes de ser Constantinopla era Bizancio. Ya lo cantaba They Might be Giants, «Istanbul was Constantinople, Now it’s Istanbul, not Constantinople«.
Y mucho antes de ser Constantinopla fue Bizancio, en honor al rey griego Bizas que la fundó en el año 667 a.C. Cuenta el mito que Bizas se asentó en este privilegiado lugar entre el Bósforo y el Cuerno de Oro guiado por el oráculo de Delfos. Empero, los dioses griegos disfrutan de la tragedia humana y pronto Bizancio quedó destruida por los invasores persas, recuperada por los espartanos, arrebatada por los atenienses, dominada por los macedonios y conquistada por los celtas antes de caer en manos de los romanos.
Es el año 330 d.C. y el Imperio Romano de Occidente se cae a pedazos. Poco queda de su antigua gloria. La administración del Este, al contrario, recupera fuerzas con el emperador Constantino el Grande que, atraído por la posición estratégica de Bizancio, la refunda como «Nueva Roma» (spoiler alert, el nombre al final no pega y le quedará Constantinopla en su honor).
El Imperio romano de Oriente ahora tiene su propia capital y será reconocida hasta comienzos del Renacimiento bajo el nombre de Imperio Bizantino, guiada por los sacramentos del cristianismo ortodoxo. Este largo período de cuasi-prosperidad (porque en tantos siglos conseguir una tranquilidad ininterrumpida es misión imposible) tocará su fin con la caída de Constantinopla en manos de los turcos otomanos en el año 1453. Constantino XI, último emperador del Imperio romano, murió defendiéndola y se dice que la muerte simultánea de ambos marcó el fin de la Edad Media.
Mehmed II pasó a ser rey de la ahora ciudad de Ístanbul, nueva capital del Imperio Otomano. Aunque para ser fieles a la verdad, este nombre no se puso en boga hasta la fundación de la República de Turquía, bajo el liderazgo de Mustafa Kemal Atatürk. Ístanbul, o Estambul en su españolización, sufrió un cambio cultural radical. De grecorromana cristiana ortodoxa a turca otomana islámica sunita. Las iglesias se transformaron en mezquitas, la orden sufista se instaló junto a sus miles de seguidores, las confiterías comenzaron a confeccionar baklavas y en los palacios los reyes pasaron a ser sultanes.
El máximo apogeo del Imperio Otomano fue durante el gobierno de Suleiman el Magnífico (1520-1566). En ese entonces quién creería que cuatro siglos más tarde la desidia de esos mismos sultanes para con sus súbditos, utilizados como marionetas de los británicos, franceses, italianos y griegos post Primer Guerra Mundial, desataría una guerra civil que destruiría el viejo imperio.
29 de octubre de 1923, nace la República de Turquía. Su fundador y primer presidente, Atatürk, traslada la capital a Ankara. Estambul queda entonces relegada a un plano secundario, reestructurada para una nueva era. Sin embargo, su energía es inagotable, la mantiene viva y brilla.
Las décadas de los 50 a los 70 la población crece a pasos agigantados. Los extranjeros palpan a kilómetros de distancia su misticismo y cada vez son más los que arriban a la ya por entonces ciudad más poblada de Turquía. Y finalmente llegamos. ¿Estás listo? Bienvenido a Estambul, la ciudad de los sultanes. Empecemos.
Llegar y moverse por Estambul
La amplia mayoría llegamos a Estambul por aire. Nosotros cometimos el error de no averiguar bien y pagar la primer noche por un remís compartido a 25€ entre tres hasta el centro. Más tarde descubrimos que existen buses que van y vienen las 24 horas del día. Te contamos cuales y cómo tomarlos.
Desde el Aeropuerto al Centro
Desde el Aeropuerto Internacional de Estambul (IST) la empresa encargada es Havaist. Los buses salen de la segunda planta baja (-2 floor) y, según cuál sea el destino, cada uno tiene un número y dársena específico y bien señalizado. Se puede pagar en el propio bus con tarjeta de débito o crédito, o en efectivo en la garita de la terminal (el pago con cash en el autobús mismo no está permitido). Cuesta 52₺ (liras turcas o TRY o LT). No es necesario comprar por adelantado los boletos online a menos que quieras evitar usar tarjetas o cambiar dinero en el aeropuerto.
Beyazit, Aksaray y Taksim son los clásicos barrios en los que uno aterriza y se alcanzan con los buses número 12 para Beyasit y Aksaray y 19 para Taksim. En la página oficial de Havaist es posible consultar el número de bus a otros destinos. Elegí en el menú Time Table -> From Istanbul Havalimani To [destino que elijas] y abajo se desplegará la Voyage Info indicando el bus como HVIST-[número del bus que corresponde].
Si llegaste al Aeropuerto Internacional de Sabiha Gökcen (SAW) también existen buses 24/7 regenteados por Havabus, cuyo sistema de pago es totalmente opuesto al de Havaist. Arriba del bus solo es posible pagar con efectivo. Aceptan dólares y euros pero si no les das justo te devuelven el cambio en liras turcas. Cuesta ₺38.
La teoría indica que en la garita se puede pagar con tarjeta empero nosotros no tuvimos éxito en el intento (¿¿para que está entonces el pibe de la garita?? será para siempre un misterio…). También se pueden utilizar los buses públicos E-11 y E-10 a Kadiköy o E-3 a Taksim que cuestan entre 7 y 10 liras.
Moviéndose por Estambul
Actualmente es obligatorio tener una Istanbulkart (tarjeta de transporte) para utilizar cualquier medio de transporte en la capital. Nosotros caímos a Estambul en pandemia y era obligatorio linkear tu Istanbulkart a tu HES Code (código personal que obtenías online para viajar durante el COVID), proceso engorroso para quien no tiene documento de identidad turco que evadimos comprando tarjetas impersonales de 10 viajes a 63 LT (a 6,3 liras el viaje).
Las tarjetas del tipo que sean son unipersonales, significa que es necesario que cada uno tenga la suya propia. Pueden comprarse en unas maquinitas que solo aceptan efectivo (biletmatik) o en quioscos. De comprar la Istanbulkart clásica, el precio es de 13 LT (no reembolsables) + 7 LT que estás obligado a abonar para alcanzar el monto mínimo de carga (20 LT). Con la Isanbulkart cada boleto cuesta 5,48 LT y te permite realizar conexiones (la tarjeta de 10 viajes también). No cargues dinero de más porque el proceso de reembolso es complicado. Mejor cargar lo justo y necesario.
En el caso que camines mucho y no creas necesario comprar la Istanbulkart ni la tarjeta de 10 viajes hay también la opción de ticket sencillo (11 LT), de dos viajes (18 LT), de tres viajes (23 LT) y de cinco viajes (35 LT). Tarjeta en mano, la manera más simple de saber que bus, tram, ferry o metro utilizar es consultando la app de Moovit o de Google Maps o revisando las conexiones manualmente en Maps.me.
Dónde dormir en Estambul
Estambul se divide en tres grandes áreas. Al este del Bósforo está el lado asiático y al oeste del Bósforo el lado europeo del norte del Cuerno de Oro y el lado europeo del sur del Cuerno de Oro. Te vamos a contar los pro y contras de cada uno.
Lado asiático (barrios de Kadiköy y Üsküdar)
- Pros: es el barrio residencial por excelencia y eso lo hace más tranquilo, económico y auténtico. Además, está bien cerca del aeropuerto Sabiha Gökcen (SAW).
- Contras: tiene menos atractivos turísticos que el lado europeo y para visitarlos siempre vas a estar gastando dinero y tiempo en cruzar el Bósforo. En un viaje corto probablemente no sea la mejor opción.
Lado europeo al norte del Cuerno (zona de Galata, Taksim, New City y Bosphorus)
- Pros: ideal para los amantes de la fiesta, repleto de bares y clubes, en esta zona es fácil conseguir alcohol (algo que no sucede en el resto de Turquía) y se está cerca de la Torre de Galata y la Plaza Taksim.
- Contras: la zona más cara por lejos, más ruidosa y menos auténtica, repleta de mendigos a la espera de un turista borracho que les suelte unas liras (notarás que en el resto de Estambul casi no existen, parecería que solo vienen aquí).
Lado europeo al sur del Cuerno (zona de Sultanahmet y Cuerno de Oro)
- Pros: en pleno centro histórico y por ende a dos pasos de los mayores atractivos. Hay de todos los precios disponibles y eso incluye cosas muy baratas.
- Contras: A la noche no tiene mucha vida aunque existen zonas específicas donde se puede encontrar actividad nocturna, como los bohemios barrios de Fanar y Balat (que como contra no están tan cerca del centro) o la zona de Kumkapi.
Nuestra experiencia
La primera vez nos alojamos en el barrio de Faith (zona de Sultanahmet) del lado europeo sur. A la noche estaba super muerto pero estabamos a dos pasos de Kumkapi, zona de restaurantes caros repletos de rusos que aplaudían y bailaban al son de los músicos callejeros. Entretenido para merodearlo un rato. Estuvimos en dos apartamentos diferentes a 20€ la noche para tres.
El dueño del primero era muy amable pero un ataque de chinches nos hizo huir a otro apartamento del mismo precio a distancia de tan solo metros. De no ser por los bichos habría sido una experiencia de 10 puntos. Ambos estaban cerca de todo y con lo básico incluido (toalla, pantuflas, agua caliente, jarra eléctrica, tazas). Eso si, sin esperar grandes lujos por ese precio.
La segunda vez estuvimos en el barrio de Beyoglu (zona de Galata) del lado europeo norte. Conseguimos una buena oferta a 20€ dos personas la noche en una habitación privada con baño privado y sobre una calle tranquila. El cambio geográfico nos permitió explorar más la vida nocturna de la zona que contaba con rincones interesantes pero a la que eventualmente encontramos demasiado contaminada por el turismo masivo y la invasiva cultura occidental.
No es bueno ni malo y de una forma u otra es también parte de Estambul, sin embargo, no es el lado que nos interesaba hurgar porque viniendo de occidente es el que más conocemos. Algo que se nos complicó en este barrio fue encontrar comida barata. Para conseguir buenos precios tuvimos que alejarnos del Bulevar Tarlabasi dirección norte, lejos de los puntos más turísticos.
Qué ver en Estambul
Estambul es una ciudad increíble y repleta de lugares interesantes. Recorrerla con propiedad demanda como mínimo una semana. No obstante, en un apretado calendario de vacaciones se hace difícil dedicarle tanto tiempo. Para que organizarte sea facilísimo vamos a describirte con lujo de detalle qué ver en Estambul.
Sultanahmet
Arranquemos por lo fundamental, Sultanahmet, la Ciudad Vieja de Estambul, la Bizancio original. En ella hay construcciones tan antiguas como el Acueducto romano de Valente (Bozdoğan Kemeri) pegado al precioso Parque Fatih Anit (Fatih Anıt Parkı) y tramos de las Murallas de Constantinopla aguantando en pie desde el año 300. 😱
Para no desviarnos mucho centrémonos en la Plaza de Sultanahmet (Sultanahmet Meydanı), mejor conocida como Hipódromo de Constantinopla. Terminada durante el reinado de Constantino I, este hipódromo romano era espacio para carreras de caballos, espectáculos, eventos sociales y ceremonias. Con el tiempo, la pista original quedó enterrada cinco metros bajo tierra. En su explanada destacan tres obeliscos.
El más impresionante para nosotros es el Obelisco de Teodosio (Theodosius Dikilitaşı). Originalmente pertenecía al increíble Templo de Karnak, del que te contamos más en nuestro post de qué ver en la ciudad egipcia de Luxor. Según relatan sus jeroglíficos, fue erigida por Tutmoses III cerca del 1450 a.C. en honor a su padre.
El obelisco fue trasladado a su lugar actual bajo el reinado de Teodosio I, otorgándole su actual nombre. Las otras dos son el Obelisco Amurallado (o Columna Amurallada o Örme Dikilitaş), que formaba parte del conjunto de monumentos del Hipódromo original, y la Columna Serpiente (Yılanlı Sütun o Serpent Column), columna de bronce que representa tres víboras enrolladas que originalmente servía para realizar sacrificios en el templo griego de Delfos.
Para completar el conjunto de monumentos cosmopolitas está la Fuente Alemana (Alman Çeşmesi), dedicada a la segunda visita del emperador alemán y rey de Prusia Wilhelm II en 1898 y regalo germano en honor a la amistad turco-alemana. Mirando a la plaza está el Museo de Arte Turco e Islámico (Türk ve İslam Eserleri Müzesi), ex-palacio del siglo XVII del visir Ibrahim Pasha y único ejemplo arquitectónico que se mantuvo en pie hasta nuestros días; la Tumba del Sultán Ahmet (Sultan I Ahmed Türbesi) junto a toda su prole y otros sultanes varios; y, lo más importante de todo, la Mezquita Azul (Sultan Ahmet Camii).
El acceso a la Mezquita Azul se hace a través del parque y es gratuito. Fue mandada a construir por el sultán Ahmed I entre 1609 y 1617 con mármol, nácar, fina madera y más de veinte mil azulejos para sus partes interiores, predominando los colores azul y turquesa. Cuenta con seis minaretes para poder gritar bien claro a todas las direcciones la llamada a la oración. Para nuestra mala suerte, la mezquita estaba en renovaciones y no pudimos verla en su máximo esplendor, pero si te llega a pasar lo mismo no te preocupes.
La Mezquita de Rüstem Pasha aunque chica es una excelente compensación. Más vieja todavía (del 1563), su interior también está lujosamente decorado con azulejos azules, esmeralda, escarlata y púrpura. Se ubica en la terraza de varias tiendas abovedadas del Bazaar de las Especias y la única forma de acceso es a través de una retorcida escalera interior cuya entrada se pierde entre los tenderetes. Puede que cueste encontrarla, sin embargo te recomendamos encarecidamente la visita. Es hermosa y no está que explota de turistas (a diferencia de su hermana mayor, la Mezquita Azul).
TIP VIAJERO
Si te interesa ver la clásica danza Derviche sin pagar un dineral date una vuelta por Meşale Restaurant & Café, a metros de la Mezquita Azul, donde todos los días a las 18hs hacen show. Solo hay que abonar la consumición. Obviamente, no es una ceremonia mística completa pero sirve como muestra. ¿No sabés lo que son los Derviches Giróvagos? Te invitamos a averiguarlo en nuestra entrada de El Cairo, Egipto.
La otra imperdible de Estambul es la Mezquita de Santa Sofía (Ayasofya Camii), basílica ortodoxa inaugurada en el 360 que con la llegada de los otomanos se convirtió en mezquita en 1453. A partir de 1935 pasó a museo y, desde 2020, de vuelta a mezquita. Durante casi mil años fue la catedral con mayor superficie del mundo. Si te da la sensación de que muchas mezquitas en Estambul tienen una apariencia similar es porque durante siglos la Mezquita de Santa Sofía fue el modelo a seguir. Su interior todavía conserva frescos cristianos de época bizantina.
No la confundas con la Pequeña Santa Sofía (Küçük Ayasofya), ex Iglesia de San Sergio y San Baco, otro buen ejemplo de arquitectura bizantina pero diminuta, sin frescos ni mosaicos. Nos gustó mucho su sencillez, su vieja madraza (hoy galería) y su fuente central.
Porque no todo es gratis en la vida llegó el momento de desembolsar. Frente a mezquita y su fuente está la Cisterna Basílica (Yerebatan Sarnıcı) que para nuestra pésima suerte estaba en renovaciones. El costo de entrada es de 45 LT y todo apunta a que merece muchísimo la pena. Fue construida por el emperador romano Justiniano I en el 542 d.C. para satisfacer las necesidades de agua del Gran Palacio. Al parecer, sus 336 columnas de mármol surgiendo del agua le dan un encanto único y dos de ellas se apoyan sobre enigmáticas cabezas de Medusa.
Si te pasa como a nosotros y cuando llegas sigue en renovaciones la alternativa abierta para no quedarte con las ganas es visitar la Cisterna de Teodosio (Serefiye Sarnici). Fue creada por el emperador bizantino Teodosio II para guardar el agua que traía el Acueducto de Valente. Es más pequeña que la Cisterna Basílica, con solo 32 columnas de mármol, pero buscan compensarlo con una proyección 360º de mapping con el que justifican la entrada de 150 LT.
Barrio de Eminönü
Cerca de la Cisterna de Teodosio se encuentra la Tumba del Sultan Mahmud II (Sultan II Abdülhamid türbesi), para nosotros el mausoleo más bonito de todos los que visitamos en Estambul. Fue su hijo Abdulmecid quien ordenó en 1839 la creación del mismo. Sigue el estilo de todas las tumbas de realeza otomana, de planta octogonal y con una cúpula. Colgando del techo verás un candelabro de cristal, regalo de la reina Victoria I de Inglaterra, y relojes de pared dorados a ambos lados de la puerta, obsequio del emperador francés Napoleón III.
El mausoleo se encuentra sobre la calle Divanyolu Caddesi, atravesada por los rieles del tram y a dos pasos de la Columna de Constantino (o Cemberlitas), retirada del Templo de Apolo en Roma por orden del emperador Constantino I para decorar su nueva capital. Tras un incendio que le provocó grandes daños a la columna el sultán Mustafa II ordenó reforzarla con anillos de hierro y a partir de ese día pasó a conocerse como Cemberlitas («columna con anillos»).
Casi que sin darte cuenta terminarás perdido por el Gran Bazaar (Kapalı Çarşı), el más grande de la capital turca. El origen de su edificio es de 1464, pero un terremoto lo destruyó casi al completo y fue reconstruido en 1864, dándole su forma actual. Al igual que muchos otros mercados musulmanes las tiendas se agrupan por gremios. Eso significa que, por ejemplo, todos los joyeros van a estar en una misma sección y los vendedores de dulces en otra y los de ropa en otra distinta y todo así. Cada calle suele tener el nombre del gremio que trabaja en ella.
Puede que todo se vea muy bonito y los vendedores persuasivos, pero aguanta las ganas y compra en otro lado. Turismo masivo es sinónimo de precios inflados. Alejándote tan solo dos pasos del mercado cubierto, hacia la Plaza Beyazit, bajan los costos. Además acá encontrarás la que fue nuestra sección favorita del Gran Bazaar, Sahaflar Çarşis, la sección de los libros de segunda mano. El pasaje está pegado a la Mezquita Beyazit y en él descubrimos escritos, ilustraciones y tomos que hechizaban con sus aires de antiguo y místico.
Cuando te aburras de hurgar entre los mágicos manuscritos podés parar a tomar algo en alguna de las tantas teterías y cafeterías de la Plaza Beyazit mientras aprecias la bonita puerta de entrada a la Universidad (no trates de meterte porque el acceso es solo para estudiantes).
En el barrio de Beyazit está abierto al público la Mezquita de Suleiman el Magnífico (Süleymaniye Camii), la más grande de Estambul. Se demoraron siete años en hacerla (1550-1557) y se encargaron de ponerle de todo: hospital, baño turco, hospicio, madraza (escuela teológica), sadirvan (tanque de agua con fuente), etc.
El edificio es sencillo y cuenta con un Centro Cultural de Información para aquellos interesados en saber más sobre la religión musulmana. Muy cerca está Hermes Café, un café-librería a precios asequibles con tartas riquísimas y un ambiente a literatura descontracturada que nos enamoró y en el que te recomendamos hacer una parada para descansar.
Palacio de Topkapi y alrededores
Para meterte de lleno en los sitios históricos Patrimonio de la Humanidad de Estambul es visita obligatoria el Palacio de Topkapi (Topkapı Sarayı) que literalmente significa «Palacio de la Puerta de los Cañones». Recorrer el Palacio a consciencia te puede llevar tranquilamente un día entero, pero si no sos tan colgado calcula al menos medio día. Se construyó bajo la orden del Sultán Mehmed II en 1459 y fue habitada por distintos reyes hasta 1853.
Describir cada sala y jardín requeriría de un artículo entero. Para hacerla corta queremos destacar como curiosidades que acá encontrarás la tercer exposición de porcelana y cristal más importante del mundo, el tesoro real que incluye el tercer diamante más grande del mundo y el pabellón de las reliquias sagradas con raros objetos como pelos de la barba del profeta Mahoma y el bastón de Moisés (creer o reventar).
Aunque no te interese nada de esto, la arquitectura del palacio en sí misma amerita la visita. El precio es de 200 LT solo el Palacio o 285 LT Palacio + Harem e incluye audioguía. Nosotros pagamos el último y siendo sinceros quedamos bastante decepcionados con el Harem.
El Palacio de Topkapi se ubica en una de las siete colinas sobre las cuáles se fundó la ciudad, el promontorio de Sarayburnu que separa el Cuerno de Oro del Mar de Mármara. Arrimate al mirador Sarayburnu Manzarasi para tener excelentes vistas panorámicas de Estambul.
Se llega atravesando el Parque Gülhane (Gülhane Parkı), situado junto al Palacio. Este parque era antiguamente parte del jardín exterior del Palacio y tuvo el honor de recibir la primer estatua de Atatürk en 1926. Continuando el fetiche turco por conservas columnas, acá encontrarás la Columna de los Godos (Cankurtaran), de época romana.
En un extremo del Parque Gülhane comienza Soğukçeşme Sokağı (literalmente «Calle de la Fuente Fría»), una pequeña calle peatonal con coloridas mansiones otomanas de madera de los siglos XIX y XX. Conocidas como Ayasofya Konakları («Mansiones de la Santa Sophia»), cada casa lleva el nombre de las flores que crecen junto a ella. Es así que podemos encontrar una apodada Yaseminli Ev («Casa de jazmín») y otra que sea Hanımeli Ev («Casa de madreselva»).
Estas casitas fueron lugar de nacimiento del sexto presidente de Turquía, Fahri Korutürk (1903–1987), y albergue de la reina Sofía de España en el año 2000. La peatonal Soğukçeşme Sokağı muere en la bella Fuente de Ahmed III, frente a la entrada del Palacio Totekapi.
Bazar de las Especias / Bazar Egipcio y Yeni Camí
Camino al Puente de Gálata es inevitable cruzar el Bazar de las Especias (Mısır Çarşısı), mejor conocido como Bazar Egipcio. Este mercado cubierto con forma de L existe desde 1597 y su apodo proviene de que históricamente muchos de sus productos eran traídos de Egipto. No solo adentro, fuera del bazar hay tiendas repartidas por la calle Tahmis Street y sobre la preciosa Plaza Nueva Mezquita (Yeni Cami Meydani).
Durante siglos el Bazar de las Especias sirvió de puente entre Oriente y Occidente en la Ruta de la Seda. Sus herbolarios sirvieron de farmacia del Imperio Otomano por muchos años, recibiendo el privilegio de vender café, estaño y especias con el edicto del Sultán. Sin duda nuestro bazar favorito para perderse entre sus puestos de dulces, especias, quesos, frutos secos, encurtidos y mieles.
Al lado está la Mezquita Nueva (Yeni Camí) que poco tiene de nueva considerando que es del s. XVII. Su interior está ricamente decorado en oro, mármol y azulejos de tonos azulados. Lástima que estaban renovándola y tuvimos que conformarnos con fotos y carteles. Pero basta de Sultanhamet. Crucemos el Cuerno de Oro. Vayamos al Puente de Gálata.
Distrito de Beyoğlu (antiguo Pera) y barrio de Galata (Karaköy)
El Puente de Gálata (Galata Köprüsü) une las dos caras opuestas de Estambul: su distrito más conservador y antiguo (Sultanahmet) con el más cosmopolita y abierto (Galata y New City), donde históricamente se han instalado comerciantes extranjeros y diplomáticos. El Puente tiene dos niveles, el inferior esta lleno de punta a punta de restaurantes que venden productos del mar a precios más bien caros y el superior está llenito de pescadores que les proveen parte de la materia prima.
Un plato típico de otoño e invierno es el hamsi, anchoa del Mar Negro que migra a través del Bósforo y que es servido como una ración de pescado frito con cebolla cruda y pan. Si estás con antojo de probarlo te recomendamos comer en los puestitos que hay antes de cruzar el puente, sobre la orilla del lado oeste de Sultanahmet, mucho más simpáticos y baratos que los restaurantes del cruce.
Otros platos clásicos de pescado son el lüfer (pez azul que migra al Mar Negro por el Bósforo para desovar) hecho a la plancha; el balik ekmek, filete de pescado a la parrilla o frito y servido al pan; y el midye dolma, mejillones rellenos de arroz con limón. Si querés saber más sobre comidas a probar en Turquía te invitamos a visitar nuestro post al respecto.
Apenas pisar tierra firma se nota las diferencias históricas. Galata nació como una colonia comercial de genoveses y venecianos que mantuvo su autonomía post conquista otomana, representando a «Occidente» con su arquitectura neoclásica, integrando el primer alumbrado público a gas de la capital, incorporando el primer metro subterráneo de Europa continental (Tünel, todavía en funcionamiento), construyendo los primeros teatros de estilo europeo en Turquía y alojando los impresionantes edificios de embajadas y consulados.
DATO HISTÓRICO
El distrito de Beyoğlu era antiguamente denominado Pera, que en griego significa «el otro lado», en alusión a que desde el punto de vista de Constantinopla se encuentra al otro lado del estuario.
La estructura más vieja de esta orilla probablemente sea la Torre Galata (Galata Kulesi), erigida por el emperador bizantino Anastasio en el siglo VI para hacer de faro. La torre fue demolida y reconstruida varias veces, cumpliendo diversas funciones a lo largo del tiempo. Su emplazamiento y apariencia actual se la dieron los genoveses en 1348, bautizándola «La Torre de Cristo».
Los 65 metros de la torre se trepan por ascensor pagando 100 LT e incluye pantallas en las paredes que con el ascenso van mostrando imágenes de la antigua Constantinopla. El último piso se sube por escaleras y permite el acceso a la terraza circular con unas vistas panorámicas únicas. Te recomendamos bajar sus ocho pisos por las escaleras ya que en cada uno se presentan distintas exhibiciones. Al salir dirigite hacia el norte en dirección a la calle Istiklal.
La actual Calle Istiklal (İstiklal Caddesi), antiguamente llamada Grand Rue de Pera, se creó durante la década de 1850 y actualmente es la calle peatonal más importante de Estambul. De día la miríada de tiendas y comercios gastronómicos atraen a centenares y de noche los bares explotan de gente. Sin duda un buen lugar para los amantes de las fiestas. Sus calles aledañas no se quedan atrás.
Nuestra favorita fue Gazeteci Erol Dernek Sokagi, una peatonal techada de coloridos paraguas y vestida con artísticos murales. Otra muy famosa por su peso histórico es la galería cubierta Çiçek Pasajı (literalmente «Pasaje de las Flores«), abierta en 1876.
Istikalal Caddesi tiene 2 km de largo y va desde el Museo Derviche (Galata Mevlevihanesi Müzesi), ubicado en la Plaza Tünel y al que podes acceder por 25 LT, pasando por la plaza Galatasaray hasta alcanzar la joven Plaza Taksim (Taksim Meydanı), modelada en la década del 1930. En su centro se yergue el Monumento a la República de Taksim, ilustrando el establecimiento de la joven república turca a manos de su fundador y primer presidente Mustafa Kemal Atatürk.
La Plaza está vigilada por milicos armados hasta los dientes desde el Parque Taksim Gezi. Para nosotros lo más bello que presenta es la fuente de la Mezquita Taksim (Taksim Camii), hacia el lado de las turísticas manzanas de Kocatepe.
Bajando hasta el Bósforo te vas a topar con el Palacio de Dolmabahçe (Dolmabahçe Sarayı), construida entre 1843-56. La decisión de abandonar el Palacio Topkapı en la ciudad vieja por el Palacio Dolmabahçe de estilo occidental fue un acto simbólico de los sultanes por abrazar el occidentalismo en el último siglo del Imperio Otomano.
El Palacio está formado por tres secciones: el Mabeyn-i Humayun (Selamlik, los aposentos reservados para los hombres y el lugar para asuntos administrativos del estado), el Muayede Hall (Salón de Ceremonias, reservado para intercambiar saludos con personas de alto rango en el estado y para algunas ceremonias de estado importantes) y el Harem-i Humayun (el Harem, los apartamentos residenciales de la familia del sultán y el lugar para la vida privada).
PRECIOS DE ENTRADA
- Mabeyn-i Humayun (Selamlik) y Muayede Hall: 120 LT
- Harem: 90 LT
- Palacio completo: 150 LT
- Palacio completo + Museo de la Pintura: 200 LT
- Solo Museo de la Pintura: 60 LT
Nosotros decidimos hacer la inversión con el Palacio Topkapi porque queríamos algo menos occidental y no ingresamos al Palacio de Dolmabahçe, pero debemos admitir que de afuera se veía impresionante y precioso.
A pocos metros está la estación de ferry Kabataş que te permite cruzar a la Estambul asiática, u otra opción es caminar por la costa para merodear por las tiendas y cafés de la zona de Galataport Insaati y cruzar al lado asiático desde el muelle de Karaköy.
Uskudar, Kadiköy y Torre de la Doncella
El territorio asiático de Estambul aloja a un tercio de su población y sus distritos más antiguos son Uskudar y Kadiköy. Su línea costera está repleta de yalıs, casas y mansiones de madera de entre los siglos XVIII al XX construidas sobre el agua, resaltando la villa costera de Çengelköy y el castillo de Anadoluhisarı. Este último está justo frente al Castillo de Rumeli (Rumeli Hisari), al otro lado del Estrecho del Bósforo, y los dos fueron construidos con el fin de proteger el acceso hacia el Mar Negro.
Si estas corto de tiempo te alentamos a al menos recorrer el tradicional distrito de Üskudar desde la Torre de la Doncella (Kiz Kulesi o Torre de Leandros), rodeada de leyendas, hasta la emblemática Estación de Haydarpasa en el distrito de Kadiköy. Un plus es alcanzar el barrio costero de Beylerbey y su Palacio (Beylerbeyi Sarayı), ex residencia de verano de los sultanes otomanos.
La parte asiática es comparativamente más barata que la europea, así que aprovecha para darte los gustos de este lado. Estambul está llena de puestos ambulantes con todo tipo de snacks. Los más comunes son el simit, un pan circular con semillas de sésamo que se puede comer solo o relleno de queso; el kumpir, que es papa asada rellena de diversos ingredientes (queso, mayonesa, maíz, manteca, repollo, etc.); el kestane kebab, básicamente castañas asadas; el choclo asado; y los diferentes jugos de fruta (con el jugo de granada como campeón imbatible).
Desde el puerto de Kadiköy también es posible navegar hasta el archipiélago de las Islas Príncipe. Nosotros no tuvimos tiempo pero muchos lo recomiendan como una experiencia para descansar del ininterrumpido bullicio de la ciudad. En total son nueve islas, siendo Büyukada la más grande y turística.
Antiguos barrios de Fanar y Balat y Eyüp Sultan Meydani
Si contas con suficiente tiempo en Estambul te recomendamos fervorosamente visitar los barrios de Eyüpsultan, Fanar y Balat. Fanar (o Fener, según gustos) era el antiguo barrio griego y como tal cuenta con varias Iglesias Ortodoxas griegas, destacando la Iglesia de San Salvador de Cora por tener los mosaicos y frescos bizantinos mejor conservados de Estambul.
Balat, por su parte, fue el núcleo de la comunidad judía de Estambul y su Sinagoga Ahrid es una de las más viejas de la capital. Ambos barrios están muy juntos y hoy en día presentan una interesante oferta de bares y cafés con ambiente relajado y estilo bohemio que disfrutamos mucho al anochecer.
En estos barrios te invitamos a experimentar un verdadero hammam turco a precio local. Mihrimah Sultán es un histórico hamam construido en el 1562 que por 100 LT te permite disfrutar del baño turco como un local más. Apenas llegar te dan chanclas, toallas, short (para que te pongas) y un locker donde dejar tus cosas bajo llave.
Se espera que primero te bañes para ir a la piscina, luego al sauna seco, después de vuelta a la piscina y por último ir a la sala de masajes a ser exfoliado y masajeado con vigor. Todo el proceso dura una hora y expectativas de propina por parte de los empleados. Tene en cuenta que hombres y mujeres van separados y en distintos horarios. Hombres de 6:30 a 12:00 y de 17:00 a 23:00hs y mujeres de 12:00 a 17:00hs.
Traspasando las Murallas de Constantinopla llegamos al complejo de la Mezquita de Eyüp Sultan, con una hermosa plaza y una fuente central que nos enamoró. Justo al lado de la mezquita está el santuario islámico más sagrado de la ciudad, la tumba de Abu Ayyub al-Ansari (Eyüp Ensari Türbesi), cuyo interior está tapizado de finos azulejos. Tanto la plaza como sus calles adyacentes despliegan un buen número de simpáticos puestitos en los que tomar/comer algo o adquirir artículos tradicionales.
Desde el complejo de la Mezquita Eyüp Sultan se puede ascender hasta la cafetería Pierre Loti, ubicada en la cima de una colina-cementerio del período otomano. Las vistas desde arriba son espectaculares y el acceso al mirador es gratuito. Se llega a pie por el cementerio o utilizando el teleférico.
Mapa de Estambul
Ya casi estas listo para recorrer Estambul. Para evitarte matetes en la cabeza con tantos lugares te compartimos nuestro mapa con todos los puntos marcados. No es necesario internet, podes descargarlo y usar offline.