Capital de Rumania desde 1862 y centro cultural y económico desde entonces. Bucarest literalmente significa «felicidad». Aunque su historia es larga, son los sucesos de los últimos tres siglos los que han dejado marca en esta metrópoli.
Durante el siglo XIX y bajo el reinado de Carol I hubo una prosperidad económica que permitió el desarrollo de la ciudad. Se la alumbró, llegó el tranvía, se canalizaron las aguas y se construyeron extravagantes edificios que atrajeron a la alta cultura cosmopolita, brindándole el apodo de la «Pequeña París» o la París del Este. Alguno de los hoy famosos monumentos (como el Arco del Triunfo) fueron construidos entre la primer y la segunda guerra mundial. Aún así, la crisis del 29 se hizo sentir, culminando en una huelga en 1933. Durante la 2ª Guerra Mundial, al ser una ciudad de tránsito para las tropas del Eje, la capital sufrió grandes daños por los bombardeos de los Aliados.
En el período comunista que atravesó durante la Guerra Fría, el líder rojo Nicolae Ceauşescu demolió gran parte del casco histórico y lo reemplazo con edificios para la causa, como el barrio del Centro Cívico y el Palacio del Parlamento. En 1989, un movimiento revolucionario terminó con la caída del régimen comunista impartido por Nicolae y a partir de 2000 hasta la actualidad la ciudad comienza a modernizarse, pero buscando recuperar su por tanto tiempo olvidado casco histórico. Hoy todavía se palpa en la ciudad los fantasmas de ese pasado.
Que encontrarás aquí
Moverse por Bucarest
El transporte en la capital está regulado por la Societatea de Transport București (STB). Además de buses también hay tranvía, trolebus y metro. El Metro de Bucarest (Metrorex) está compuesta de cuatro líneas (M1, M2, M3 y M4). Funciona desde las 5 a.m. hasta las 11 p.m. Se puede comprar los tickets en las taquillas o en máquinas expendedoras y el costo de un viaje único es de 2,5 lei. Dos viajes 5 lei y diez viajes 20 lei. Lo mejor de su web es que, una vez elegido el origen y el destino, si no existe una opción con metro te indica el número de bus y/o tranvía que pasa por la parada de origen y por la parada de destino para que puedas comparar y ver si alguno te sirve como alternativa al metro.
Para utilizar el transporte público (incluido buses) es necesario la tarjeta Activ que cuesta 3,7 lei. Si llegas a Bucarest por avión es posible comprar la tarjeta Activ en el mismo aeropuerto. En la tarjeta se cargan los boletos, pero no cargues más de lo necesario porque lo que no utilices no se devuelve. A diferencia del metro, además de sus horarios diurnos los autobuses también funcionan de las 11 p.m. hasta las 5 a.m. (aunque con menos líneas que durante el día).
Con este mapa detallado de las líneas de metro te moverás fácil por la capital. También puedes ver todos los recorridos de los trolebuses, los buses y los trams en la web de STB.
Qué ver en Bucarest
Piata Sf. Gheoge, Biserica Sf. Anton, Curtea Veche y Strada Franceza
La Plaza de St. George (Piata Sf. Gheorghe) tiene la marca del kilómetro cero de las rutas rumanas y es un buen punto de inicio para explorar Bucarest. Se encuentra ubicada sobre el Bulevard Lascar Catargiu.
Si bajamos por esta principal en dirección al río llegaremos a la Iglesia de la Anunciación o Iglesia de la Antigua Corte (Biserica Sfântul Anton), la iglesia más antigua conservada en Bucarest. Solía haber un santuario aún más viejo en su lugar. Sirvió, entre los siglos XVI y XVIII, como lugar de coronación de los reyes rumanos, que también asistían al servicio religioso en esta iglesia. Los cambios más significativos de la morada se hicieron durante el corto reinado de Stephen Cantacuzino en 1714. A lo largo del tiempo, la iglesia sufrió varias transformaciones. Aunque en un principio se la reconocía como la iglesia de Curtea Veche – Antigua Corte – con el paso de los años asumió el nombre de la iglesia vecina dedicada a San Antón. Su arquitectura original fue restituida después de las restauraciones generales realizadas entre 1928-1935.
De la Antigua Corte (Curtea Veche) hoy solo quedan las ruinas. Curtea Veche comenzó como una fortaleza del siglo XIV especialmente construida para el príncipe de Valaquia Mircea cel Batran. Fue ampliada y reorganizada por Vlad III «El Empalador» para transformarla en su residencia. Vlad III también era conocido como el príncipe rumano Vlad Tepes y fue su figura la que inspiró a Bram Stoker para la creación del personaje de Drácula. Curiosamente, Bram nunca en su vida visitó Rumanía. La fortaleza fue abandonada en 1775 por el nuevo gobernante de Valaquia.
Por ser antigua residencia de Vlad Tepes, se puede observar su busto en el precinto. Aprovecha para caminar por esta calle conocida como Calle Francesa (Strada Franceză) donde aún perduran, aunque decrépitos, edificaciones de estilo francés de fines del siglo XIX y principios del siglo XX que se salvaron de la demolición masiva durante el régimen comunista.
Pasaje Vilacrosse, Calea Victori y Calea Lipscani
Strada Franceză muere en Calea Victori. Caminando por esta calle en dirección contraria al puente, además de pasar por antiguos edificios como la Iglesia Zlatari (Biserica Zlătari) y el antiguo edificio de estilo neoclásico de la Banca Comercial Rumana, al otro lado del Cuartel General de la Policía y cerca del Palacio Dacia se encuentra el elegante Pasaje Macca Vilacrosse (Pasajul Vilacrosse). Se construyó en 1891, uniéndo la calles Victori y la calle Lipscani con un techo de estructura de hierro y cristal amarillo en forma de herradura.
Supo ser una importante galería comercial, con joyerías, tienditas de café, pequeños negocios y oficinas de la Bolsa. Entre 1960 y 1990, al pasaje se le apodó Pasajul Bijuteria («Pasaje de la Joyería»), pero luego se restauró su primer nombre. Ambas calles siempre gozaron de una buena reputación en la historia comercial del barrio. Por ejemplo, durante la Edad Media la calle Lipscani fue la zona comercial más importante de toda Valaquia.
Café Caru Cu Bere
Es un buen momento para hacer una parada sin falta en la Cafetería Caru’ cu Bere (literalmente «Carro con cerveza»). Es una de las cervecerías más antiguas e impresionantes de Bucarest. Abrió en 1879 como cervecería y dos décadas más tardes se trasladó al edificio actual. El edificio de estilo gótico que se ve hoy se erigió originalmente en 1888 en la calle Stavropoleos, siguiendo los diseños del arquitecto austríaco Zigrif Zofczincky, para ser ampliado y mejorado después de la Primera Guerra Mundial con las vidrieras de hoy en día. El elegante interior es de estilo neo-bizantino, con pasamanos de carpintería ornamentada y hermosos murales.
La cervecería se hizo famosa en poco tiempo, especialmente por sus platos culinarios. La especialidad de la casa eran las salchichas de Frankfurt con rábano picante, ensalada boeuf, rábano negro y aceitunas (las dos últimas ofrecidas gratis). Los vinos ofrecidos no se servían sin antes haber sido añejandos una larga temporada en la bodega, operación supervisada por profesionales. La cerveza se servía directamente del barril y lo que hacía aún más especial al bar era que cada cliente tenía una jarra de cerveza propia.
A pesar de su historia y calidad, cobran precios normales que permiten observar tranquilamente su interior mientras se disfruta de un café y algún dulce. Nosotros aprovechamos para tomar un latte macciato y un capuccino con crema batida acompañado de una pavlova y en total nos costó 46,80 lei. En el subsuelo del Café tienen un mini-museo al que se puede acceder gratuitamente con la historia de la cerveza representada en murales y una colección de jarras de cerveza.
Iglesia Ortodoxa Stravopoleos
A unos pocos metros de Caru’cu Bere se encuentra la Iglesia Ortodoxa Stravopoleos (Biserica Mănăstirii Stavropoleos). Es una iglesia ortodoxa, construida en la arquitectura y decoración de estilo Brancoveanu (en honor al gobernante de Valaquia Constantin Brâncoveanu) en el centro de Bucarest. La iglesia está dedicada a los Arcángeles Miguel y Gabriel. El nombre de este monasterio – Stravopoleos – se origina del término griego stauropolis (ciudad de la cruz). Esta bella iglesia fue construida en el año 1724, durante el reinado de Nicolae Mavrocordat, y en ella se escondieron y salvaguardaron importantes frescos recuperados de iglesias demolidas durante el régimen comunista. De los edificios originales del monasterio y la posada, solo se ha conservado la iglesia, junto a la cual también se encuentra un edificio que data de principios del siglo XX que alberga una biblioteca, una sala de conferencias y una galería donde se exhiben iconos antiguos (desde el principio del siglo XVIII) y objetos de culto, así como fragmentos de los frescos recuperados.
Palacio Parlamentario (ex Casa Pueblo)
Vamos a recorrer un poco el Centro Cívico (Centrul Civic), al otro lado del Río Dâmbovița. Este barrio fue construido con los esquemas del líder comunista Nicolae Ceauşescu. Para su construcción se demolieron barrios enteros que, además de miles de viviendas, inlcuían antiguas iglesias y sinagogas. Cuarenta mil ciudadanos debieron ser reubicados. Su fin era convertirse en la zona de la élite comunista, aunque al final esto no sucedió. Buscando desesperadamente salvar algunos de las tantas construcciones históricas de la demolición, en 1985 el ingeniero Eugeniu Iordăchescu inició y coordinó el traslado completo de 29 edificios, incluyendo 13 iglesias y monasterios. La proeza de trasladar edificios enteros sobre ruedas, incluso de hasta 8.000 toneladas de peso y con la gente dentro, dejó boquiabiertos no solo a los residentes sino que al mundo entero.
La primera parada de visita en este Centro, donde ocurrieron tales acrobacias ingenieriles, bien puede ser el Palacio Parlamentario (Palatul Parlamentului).
Considerado el edificio civil más grande del mundo y el segundo parlamento más grande a nivel mundial. Nicolae decidió construir este descomunal edificio con fines político-administrativos. Una vez tuvieron todo demolido, construyeron una colina artificial (de nombre Colina Spirii) para que el entonces llamado Casa Pueblo pudiera ser visible desde cualquier punto de la ciudad. Mientras el pueblo moría de hambre, Nicolae mandaba erigir un enorme y ostentoso edificio con maderas nobles, mármoles, arañas de bronce y cristal con cientos de bombillas, candelabros de dos metros de altura y puertas de cinco toneladas.
Cuando Nicolae fue destituido en 1989 el edificio estaba aún sin terminar, pero con todo lo que se había avanzado era más caro destruirlo que finalizarlo y utilizarlo. Aún así, hay zonas que quedaron inacabadas y hoy en día no todas sus salas son utilizadas. Con la caída del régimen se decidió darle una utilidad administrativa y didáctica. El parlamento se mudó a Casa Pueblo, rebautizándolo Palacio Parlamentario, y en los espacios sobrantes se instaló el Museo Nacional de Arte Contemporáneo y el Museo del Totalitarismo y Realismo Socialista.
Para visitar tanto el palacio como los museos es necesario pagar una entrada.
- Horario de apertura: Marzo a Octubre, 9:00 a 17:00 hs – Noviembre a Febrero, 10:00 a 16:00 hs.
- Precio entrada: Tour estándar adulto 40 lei. Por más opciones y precios ver página oficial.
Bulevar Unirii – Los «Campos Elíseos» de Rumania –
La entrada principal al Palacio Parlamentairo sobre la Piata Constituției da al Boulevard de la Unificación (Bulevar Unirii) que antes se llamaba el Boulevard de la Victoria del Socialismo. Su construcción copio el modelo de la Avenida de los Campos Elíseos de Paris y por un par de centímetros le ganó en longitud. Por ella se llega a la Plaza de la Unión (Parcul Unirii), última construcción del dictador comunista Nicolae para la que se demolió un hospital público, un mercado y se movió al subsuelo el curso del río.
A la caída del dictador, todos los edificios que se encontraban a medio construir fueron abandonados y mucho se encuentran hasta hoy en día en el mismo estado que en 1989. Por ser esta zona un recuerdo amargo para muchos ciudadanos, pocos simpatizan con vivir en ella y se la conoce coloquialmente como «Hiroshima».
Parque Izvor y Monasterio Antima
Antes de irte del área del Centro Cívico te invitamos a pasear por el Parque Izvor (Parcul Izvor). Un parque de juegos para niños en forma de castillo que da envidia. Te dan ganas de meterte aunque ya seas tremendo pelotudo. Y a visitar el Monasterio Antim (Mănăstirea Antim) de acceso gratuito. Ya solo su arco de entrada es maravilloso. Ambos lugares se encuentran al lado del monstruoso Palacio Parlamentario.
Plaza Universitatii y 21 Decembrie 1989, Teatro Nacional y el Hotel Intercontinental
Universitaria (Piața Universității) frente a la Universidad de Bucarest. En 1990, después de la caída de Nicolae y durante el mandato del presidente comunista Ion Iliescu, protestas pacíficas estudiantiles se realizaron en esta plaza en contra del comunismo rumano. Un par de ellas se volvieron famosas por terminar en un baño de sangre, cuando el presidente llamaba a los mineros del Valle Jiu para restablecer el orden a la fuerza. De estos violentos sucesos que se repitieron entre 1990 y 1991, la más sangrienta fue entre abril y junio de 1990 y se la conoció como Golaniad.
En otra esquina de la rotonda se encuentra el Parque Coltea (Parcul Colțea) que destaca por su escultura de un enorme violín partido a la mitad. Frente a esta plaza está el Teatro Nacional de Bucarest (Teatrul Național București) funcionando desde 1973 y declarado Patrimonio Nacional. Es posible visitarlo sin asistir a ninguna función y durante la noche es iluminado con colores vivos. Pero lo más bello son los jardines y esculturas que le rodean, en las que puedes entretenerte mucho.
Al lado de los jardines del teatro se observa alto con sus 77 metros de altura el Hotel InterContinental. A su apertura en 1967 era el segundo edificio más alto de Bucarest. Su construcción fue una inversión americana y era el único lugar donde se podía utilizar moneda extranjera. El hotel era el preferido por los periodistas extranjeros y los rumanos tenían prohibido dormir en él. Frente al hotel se ve la Plaza 21 de Diciembre 1989 (Piața 21 Decembrie 1989) que conmemora con placas a los estudiantes muertos durante la revolución rumana ese día.
Pasaje Victorie, Círculo Militar National y Teatro Capitol
A los pocos metros se encuentra el Pasaje Victoria (Pasajul Victoriei) también conocido como Calle Paraguas por su techo repleto de estos. A lo largo de la peatonal hay varios café y restaurantes donde parar a tomarse un descanso.
Continuando con el legado comunista, sobre la Calle Constantin Mille podrás ver el emblemático palacio con su bella fuente del Círculo Militar Nacional (Cercul Militar National), originalmente club de oficiales y comandantes, usada como prisión durante la ocupación alemana y utilizada como casa militar por los comunistas. Hoy Instituto Cultural del Ejército Rumano. Sobre esa misma calle también se encuentra el Teatro de Verano CAPITOL (Teatrul de vara CAPITOL). Entreguerras supo ser muy famoso, pero durante la época comunista fue clausurado y desde entonces abandonado.
Varios artistas callejeros, incluido un conocido artista de Bucarest conocido por el pseudónimo de Square Cat, han solicitado a través de sus pintadas sobre este y otros emblemáticos edificios su restauración.
Parcul Cismigiu y Plaza de la Revolución
Es hora de un descanso por el Parque Cişmigiu, el más viejo de Bucarest y bastante grande. Durante el paseo por sus lagos y senderos te cruzarás con esculturas de famosos escritores y poetas rumanos. A nosotros este parque nos agradó mucho. Repuestas las fuerzas, continuemos con un poco de historia en la Plaza de la Revolución (Piața Revoluției). En esta plaza se alzó el pueblo en protestas, agotados del sufrimiento y las represiones que sufrían bajo el dictador Nicolau Ceausescu. El 21 de Diciembre, Ceausescu dio su último discurso en el entonces Palacio del Parlamento (antes que se mudara a Casa Pueblo, hoy Ministerio del Interior), ubicado frente a la plaza, del que tuvo que fugarse junto a su esposa en un helicóptero debido a los protestantes que no les permitían salir. Todos estos sucesos eran transmitidos en vivo por televisión mundial. A las pocas horas, Nicolau y su esposa fueron atrapados y condenados a muerte.
Iglesia Kretzulescu, Biblioteca Central y Ateneo Rumano
En una de las puntas de la plaza podrás ver la Iglesia Kretzulescu (Biserica Kretzulescu), iglesia ortodoxa oriental que fue mandada construir en 1720. Originalmente su exterior era pintado, pero hoy lo reviste una fachada de ladrillos rojos. Logró sobrevivir al terremoto de 1940, al deseo de demolerla del régimen comunista (que se cree sobrevivió solo por su color rojo afín al partido) y a otro terremoto de 1977. Con todo, conserva su diseño y merece que la visiten.
En la otra cuadra te econtrarás la Biblioteca Central de la Universidad de Bucarest (Biblioteca Centrală Universitară din București) con un monumento a su entrada del Rey Carol I, fundador de la biblioteca. Durante la revolución de 1989, el edificio se quemó y se perdieron valiosas colecciones. Un año más tarde con la ayuda de la UNESCO se comenzó su reconstrucción y modernización. Bien cerca está el Ateneo Rumano (Romanian Athenaeum). Sala de conciertos con una construcción de estilo francés y hogar de la filarmónica rumana. Para levantarla se utilizó dinero donado por el pueblo. Demoraron tres décadas en recaudar el total necesario. Presta sus servicios desde 1888. A su entrada, hay una disfrutable plaza de pequeñas dimensiones.
Plaza Romana y Parque Kiseleff
A pocos pasos del Ateneo llegas a una de las arterias principales de Bucarest, el Bulevardul General Gheorghe Magheru. Caminando por ella dirección norte en seguida te dás cotra la Piata Romana, reconosible por su estatua de Rómulo y Remo mamando de la loba, recordatorio de la herencia romana del país. En esta plaza está la Rotonda Romana de la que nace el Bulevardul Lascar Catargiu. Puedes o bien caminar por ella hasta la Piata Victoriei o tomarte el metro hasta la parada Piata Victoriei 1. A nosotros siempre nos gusta más caminar para ir apreciando los alrededores, pero es cierto que es un kilómetro y medio desde la Piata Romana y en ese tramo no hay atracciones emblemáticas.
Una vez llegas a la Plaza Victoriei verás que el Bulevar se abre en dos y que en el medio hay un parque. Es el Parque Kiseleff (Parcul Kiseleff) ubicado entre dos grandes avenidas (una de ellas desemboca en el Arco del Triunfo). Antiguamente era un bosque que pasó a parque al extenderse la ciudad. Abierto desde 1832, este parque presenta importantes esculturas como el Monumento a la Infantería Rumana o el busto del rey Fernando. Alberga el Museo Nacional de Geología (Muzeu National de Geologie) – entrada adultos 10 lei – y el Museo del Campesino Rumano (Muzeul Național al Țăranului Român) y bien al inicio de la calle donde se encuentra la Piata Victorie el Museo Nacional de Historia Natural Antipa (precio de entrada 20 lei + audoguía [opcional] 10 lei).
Arco del Triunfo Rumano
Como te decíamos antes, si sigues por la avenida principal Şoseaua Pavel D. Kiseleff chocas contra el Arco del Triunfo (Arcul de Triumf). Este monumento simboliza la participación de Rumania y su victoria en la 1ª Guerra Mundial. El primer prototipo fue un arco de madera construido en 1878 para que desfilaran las tropas al obtenerse la independencia. En 1921 para celebrar el fin de la guerra se manda a mejorar su construcción pero no es hasta 1936 que realizan la versión definitiva, muy similar (aunque más pequeña) a su homóloga en París.
Parque Herastrau y Museo Satului
Al lado del Arco del Triunfo está el Parque Herăstrău(Parcul Regele Mihai I). Abrió al público en 1936 y es el espacio verde más grande de la capital. El parque es precioso y recomendamos encarecidamente su visita. Como todo gran parque tiene un enorme lago (Lago Herăstrău), gratos senderos por el verde, cafés, restaurantes, jardines con diferentes temáticas, fuentes, esculturas y estatuas con importantes personajes y héroes mitológicos entre los que destacan Beethoven, Goethe, Leonardo da Vinci, Darwin y Prometeo. Sobre el Lago Herăstrău se realizan paseos en barca durante el verano y patinaje sobre hielo en invierno.
Pegado al Parque Herăstrău se encuentra el Museo Satului o Museo de la Aldea. Este museo te saltará como uno de los mayores atractivos de la ciudad. Es un museo a cielo abierto constituido por antiguas casas, molinos, granjas y utensilios como ropas, manuscritos y herramientas de trabajo que muestran como era la vida del campesino rumano a principios del siglo XIX. Si solo vas a visitar Bucarest merece la pena, pero si en tu viaje por Rumania explorarás la vida rural del país no es necesario gastar los 15 lei de entrada. Muchas de esas construcciones y utensilios son todavía utilizadas en los pueblos rurales.
- Precio de entrada: 15 lei – Estudiantes 4 lei. Visitada guiada 300 lei
- Horario de apertura: 9:00 a 17:00hs.
¿Y QUÉ MÁS EN BUCAREST?
- Visitar el Museo de Historia Nacional de Rumania (Muzeul National de Istorie Romaniei). Horario de apertura: Miércoles a domingos de 10:00 a 16:00 hs. Lunes y martes cerrado.
- Conocer el Palacio de Cotroceni (Palatul Cotroceni). Antiguo hogar del príncipe Fernando y la princesa Maria y actual residencia oficial del presidente. Alberga un Museo Nacional donde se muestra la historia política del país. Horario de apertura: 09:30 a 17:30 hs. Precio de entrada: Varia según que tipo de visita hagas. Por detalles te dejamos la página oficial.
- Pasear por el Parque Carol (Parcul Carol I) y cruzar su lago por el puente de mármol para llegar hasta el Monumento de los Héroes y al Monumento del Soldado Desconocido.
- Descubrir el Templo Coral. Sinagoga construida en 1857 que hasta hoy día ofrece servicios religiosos judíos. Solo verlo por fuera merece la pena. Si además deseas entrar cuesta 15 lei y un hombre te acompaña explicándote la historia de los judíos en Bucarest.
Mapa
Para ayudarte en la tarea de recorrer Bucarest te dejamos nuestro mapa. Agradandando el área de Bucarest te mostrará todos los puntos mencionados. Bucarest es grande y probablemente precises usar el transporte público un par de veces.
Esperamos que hayas disfrutado esta entrada.
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