Claramente definir tu destino de viaje es un paso esencial, porque difícil será planificar el resto si no sabemos a dónde vamos. Si, si, ya sabemos. Querés ir a toooodos lados pero no contás con tanto tiempo ni tanto dinero. No te preocupes. Como dice el dicho: Con paciencia y con saliva, se lo hizo el elefante a la hormiga Persevera y triunfarás.
La elección de un destino puede surgir de muchas formas, pero nuestros primeros destinos suelen ser lugares que deseamos conocer desde hace mucho tiempo (o simples vueltas de la vida que al final nos brindan gratas sorpresas).
Si no es tu caso y andas errático por el mapa, te dejamos algunos tips para ayudarte a definir.
Que encontrarás aquí
Costo del transporte
Hay quienes abren el buscador de vuelo, marcan punto de inicio y fecha de salida y en destino eligen la opción anywhere/worldwide (en latino: «cualquier parte”). Le dan al buscador y eligen en base a los vuelos más económicos. Esta es una buena forma si buscas lugares lejanos. Hay que tener en cuenta que más lejos significa más horas de vuelo y que no siempre disponemos de tantos días como para permitirnos perder cuatro solo en viajar entre aeropuerto. Al igual que con aviones, también se puede hacer con trenes o incluso buses.
Longitud de tu viaje
Si tu tiempo es muy limitado, supongamos que es solo un fin de semana, lo ideal es que busques algo cercano para optimizar el tiempo. Por el contrario, un viaje de mayor longitud te permitirá tener más tiempo para perder el tiempo 😀
Visas
El acceder a un país puede pasar de ser un tranquilo paseo por el parque a una odisea burocrática torturante. Dependerá de tu nacionalidad, del país que salgas, de dónde pretendas sacar la visa, de si hay o no la embajada que precisas en el sitio que te encontrás, de los costos para sacar la visa y de sus exigencias.
Si sabes que es una visa difícil, anda preparado mentalmente para todo tipo de obstáculos y no te rindas ante un rechazo. Siempre se puede volver a aplicar. También considerá los tiempos del trámite. Algunas visas pueden ser sencillas de sacar pero demoran un mes en ser otorgadas. Si ya estás sobre la fecha del viaje y aún no la solicitaste (o no te la otorgaron) entonces deberías replantearte otro destino.
¿Sólo o acompañado?
Esto ya es un punto totalmente personal. Hay destinos que deseamos hacerlos con amigos, familia, pareja, y otros que preferimos experimentar solos. O a veces nos gusta hacer el mismo destino solos y acompañados y vivir ambas experiencias. Como sea, si decidís ir con más gente deberás tener en cuenta a tus acompañantes a la hora de tomar decisiones. No existen compañeros malos. Que una persona sea o no ideal para unirse a ti dependerá de las expectativas que tengas del viaje. Se puede tener al mejor compañero de viaje y aún así encontrarlo molesto si en realidad querías una aventura solitaria en la que tu pudieras tomar absolutamente todas las decisiones.
Dinero
Lo importante no es cuánto dinero tenés, sino cuánto estás dispuesto a gastar. Bueno, sí que importa el hecho de que las bolas de heno corren por tu cuenta bancaria. No te vamos a decir la mentira de que podes ir y hacer lo que quieras sin un peso, pero tampoco es verdad que hay que gastarse un dineral para viajar.
Con que tengas al menos tres cifras de una moneda fuerte en el bolsillo vas a andar bien. Eso sí, si el viaje se alarga y ese es tu máximo lo ideal es que tengas algún medio de sustento para ir recuperando. En nuestra sección de planificar viajes vas a encontrar más artículos donde contamos diferentes maneras de gestionar tu dinero para poder viajar más.
Ganas
El factor más importante son las ganas. Aquello que te motiva a viajar. Porque puede existir un destino que cumpla con todos los requisitos que venimos mencionando y, sin embargo, no sea de tu gusto. De seguro alguna vez te pasó de viajar por obligación y fue desanimante. Ojo, que no es lo mismo hablar de un viaje que nos resulte desapacible a uno que nos provoque indiferencia.
La indiferencia surge cuando nos enfrentamos a un destino o estilo de viaje que nunca antes habíamos ponderado y del que no tenemos una opinión formada. Nos cuesta definir si podría gustarnos y eso genera incertidumbre. No lo descartes, podría ser un viaje a indagar y ser maravillado con lo desconocido.
Posibilidades
Una cosa es el deseo y otra la realidad. Vos podrás querer hacer ese viaje por libre en Corea del Norte, pero la realidad es que actualmente no se puede. Hay que ser flexible y tomar una decisión: o conformarse con ir en la situación actual a saludar a Kim Jong-un en un tour guiado y cerrado o aceptar el hecho de que quizás haya que esperar varias décadas para que el país cambie sus políticas y se permita recorrerlo por cuenta propia.
Es muy importante tener en cuenta cuales son mis posibilidades y ser realista al planificar el viaje. Esto aplica para todo. Por ejemplo, no es realista querer un tour de un mes por Europa alojándote en hoteles cinco estrellas y pretender gastar menos de 500€. Siempre traer a tierra el plan.
Ya más o menos podés ir haciéndote una idea e ir descartando o añadiendo destinos según estas variables. Habrás visto que no mencionamos nada de “buscar en internet los diez lugares que no debes dejar de visitar antes de morir”. En nuestra opinión, estos artículos son totalmente subjetivos y generalistas. Pueden servir de guía pero no toman en cuenta todos los factores que te narramos y que te ayudarán a personalizar tu ruta.
Como extra y para facilitarte la tarea vamos a ejemplificar lo hablado con una experiencia nuestra.
Un ejemplo jerriviajero
La primera vez que nos planteamos viajar a China nos encontrábamos en Japón. Diego con pasaporte uruguayo, Joana con pasaporte español. Nuestro primer intento por obtener la visa turista de China fue en Osaka, donde habíamos leído que era posible hacer el trámite para extranjeros.
Quisimos ir con tiempo para averiguar bien los requisitos y porque sabíamos que podrían demorar varios días en otorgarla. Lo ideal es averiguar de antemano escribiendo un email a la embajada del país a visitar (en este caso China) dentro del país que te encuentras (en este caso Japón) o ir directamente a la embajada a preguntar (ojo con esto que a veces hay que sacar cita previa para solicitar la visa o no te atienden).
Nosotros hicimos esto último y fuimos directo. Apenas llegamos nos indicaron que temporalmente se había suspendido la solicitud de visas a extranjeros en esa sucursal y que debíamos ir a Tokio.
Para contextualizar el asunto contamos un poco lo que pasaba en esas fechas. El líder de Corea del Norte, en ese entonces Kim Jong-il, andaba amenazando con tirar bombas atómicas en Japón y Estados Unidos al mismo tiempo que China parecía simpatizar con Corea del Norte, provocando tensiones.
Nosotros no estábamos muy preocupados por el asunto y aún teníamos rato en Japón, así que decidimos dejar lo de la visa para cuando llegáramos a Tokio.
Nos informaron de los requisitos para solicitarla (bastantes) entre los cuales incluía pasaje de ida y vuelta e itinerario detallado de cada día con alojamiento incluido. Estábamos realizando un viaje en lo posible por tierra (salvando los vuelos obligatorios a islas) sin tiempo ni rumbo fijo. Ya solo el hecho de tener que demostrar un pasaje de avión entrando y saliendo nos rechinaba en el cerebro (al parecer si te ibas por tierra no era válido, menos aún a dedo).
Al final no tuvimos que darle mucha vuelta al asunto de los pasajes y del alojamiento, ya que tuvimos la misma respuesta en Tokio. Las visas estaban temporalmente suspendidas. Fue así que elegimos un destino inesperado: Corea del Sur. Los vuelos eran relativamente baratos y, aunque no era un destino que estuviera en nuestro top diez, nos provocaba curiosidad y no precisabamos solicitar visa. En el tiempo que estuviéramos allí podríamos tramitar la visa de China y después volar directo a Pekín desde Busán o Seoul.
Es verdad que andabamos medio idos y que, de pensarlo mejor, nos hubiéramos dado cuenta que Corea del Sur también estaba siendo amenazada con bombas, que también andaba a disgusto con China y que el mismo problema que tuvimos en Japón se nos presentaría en Corea. Dicho y hecho, nada más llegar nos dijeron que hacía menos de una semana se habían suspendido temporalmente la expedición de visados turísticos a toda persona que no fuera nacional coreana. Si queríamos sacar visa a china teníamos que, o bien volver a nuestro país o probar suerte en otro país. Pucha con los chinos…
Ya algo desgastados de la burocracia, decidimos aplazar al gigante asiático para otro momento y reajustar la ruta de viaje, modificando el itinerario y pegando un salto a Indonesia.
Resumiendo
Como ves, nuestro destino fue redefinido varias veces en base a costos de transporte (Corea del Sur surgió de esta manera), facilidad/dificultad de visados, posibilidades (por circunstancias de fuerza mayor China no era temporalmente posible para nosotros) y ganas.
Esperamos que esta guía te resulte útil. Nos encantaría leer en los comentarios qué método utilizas tú para elegir un destino.
Hay que aprontar las mochilas para ir a China !!!!!!!!!!!!!!!!!!!