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Día 12 – Playa Illugastadir, Deildartunguhver, Cascada Hraunfossar, Monte Sagrado Helgafell, Stykkisholmur
Arranca un nuevo día y emprendemos paseo a la mañana por la Playa Illugastadir en busca de focas. Las focas eran pocas y nos escapaban, la nieve no ayudaba, empero, encontramos simpático un cuaderno de notas para firmar o compartir tus avistamientos. Algo así como una bitácora compartida entre viajeros.
Huimos a Deildsrtunguhver, el mayor manantial de agua caliente de Europa, donde la nieve nos deja en paz, no así el viento. Ver una olla natural de agua hirviendo impresiona bastante, aunque no deja de ser una parada corta.
A pocos kilómetros está Hraunfossar, una colección de cascadas que nacen de la lava y que nos parecieron hermosas. Las cascadas de Hraunfossar se conforma por un conjuto de arroyos y cascadas, pequeñas y grandes, de aguas blancuzcas y turquesas, que brotan de la lava. En el mismo lugar se encuentra la cascada Barnafoss que comparte las mismas características y que también nos encantó.
Hora de dirigirnos a explorar la península de Snaefells. Aquí lo primero que visitamos es el monte sagrado de Helgafell, una colina de poca altitud que sin embargo otorga muy buenas vistas. Existe la creencia de que si se camina desde la iglesia del pueblo después de haber hecho el signo de la cruz con la mano derecha hasta la cima del Helgafell, acompañado de buenos pensamientos a cada segundo y sin nunca mirar atrás, los tres deseos que pidas observando hacia el este se cumplirán.
Una buzonera de la honestidad a la entrada del camino acepta donaciones de 400 ISK por emprender el ascenso. Después paramos a recorrer la isla de Sufandisey y conocer su faro, en el simpático pueblo de Stykkisholmur. Hoy dormimos en el camping Tjaldsvaedid í Stykkishólmi, a las afueras del pueblo.
Día 13 – Berserkjauhran Grundarfjordur, Kirkjufell, Kirkujelfoss, Svodufoss, Ingjaldsholl, Hellissandur, Skardsvik, Svortuloft Lighthouse, Saxholl Cráter, Dritvik Djupalonssandur
Amanece y nos vamos a los campos de lava de Berserkjauhran, en la península de Snaefellsnes, hasta el pueblo de Grundardjordur, donde cargamos combustible y sacamos fotos a las montañas.
La primer parada importante del día será el pináculo de Kirkjufell, más bonito en fotos que en vivo. Desistimos de subir porque son 2 km con un desnivel de 400 metros y el camino está mojado, nevado y nosotros cansados. Preferimos apreciar sus cascadas aledañas, Kirkjufellsfoss, para las que estacionamos gratis antes de cruzar el puente porque en el mismo lugar hay que pagar 1.000 ISK por vehículo.
Almorzamos en Svodufoss, una cascada linda aunque tampoco imperdible, a la que se puede ascender por un camino que descartamos por el peligro de las fuertes ráfagas de viento. A lo lejos se distingue Ingjaldsholl, una pequeña iglesia blanca de techo rojo a la que vamos a fotografiar en persona.
Continuando por la ruta descubrimiento Hellissandur, un poblado repleto de arte callejero que nos enamora con sus murales internacionales. Cómicamente, viene siendo la parada más disfrutada del día. Descansamos un rato acá para meternos de pleno en el Parque Nacional de Snaefells y hacer un alto en la pequeña playa de Skardsvík, cuyo mayor atractivo es ser de arenas doradas en un país donde predomina la arena negra.
La pista se empieza a poner complicada y convencemos a la campervan de que se crea 4×4 para por fin lograr alcanzar el faro de Svortuloft, reconocido por sus acantilados llenos de aves. Como todavía no es época de que regresen de tierras cálidas solo vemos gaviotas. ☹️
Seguimos la pista hasta el Cráter Saxholl. Ciento setenta metros de escaleras lo circundan desde el aparcamiento hasta su cúspide. El viento está que no perdona y, una vez arriba del Cráter Saxholl, por momentos parece que vamos a salir volando. Sentimos que el cráter es más bonito de lejos, aunque su altura permite buenas panorámicas.
La última parada es quizás la que más nos gustó porque concentra varias cosas: la Playa de Djupalonssandur. Por un lado está el sendero superior por sus acantilados y formaciones rocosas que sugieren apariencia a seres de la mitología nórdica (como la que representa un troll cargando pescado o la iglesia de los elfos); por otro lado, al bajar a la playa se encuentran los dos lagos de agua dulce que le otorgan su nombre, varias piedras grandotas que los antiguos pescadores locales utilizaban para medir su fuerza y en la que ponerte a prueba, y los restos del barco ingles naufragado en 1948 que se esparcen por toda la arena negra como huesos de metal.
Apenas salir de la reserva natural, conseguimos un excelente lugar para pasar la noche detrás de una antigua granja abandonada.
Día 14 – Bessabudarlaut (Hellnar View Point), Arnastapi, Budakirkja, Bjarnarfoss, Ytri Tunga
Nos despertamos con ganas de buenas vistas y vamos hasta la costa de Bessabudarlaut, en el pueblo de Hellnar, a desayunar. Hellnar es sencillo y bonito, con un misterioso punto interdimensional (Víddaflakk o Interdimensional Hopscotch) que nos regala preciosas vistas a su acantilado y arco de piedra. Desde aquí se puede hacer toda una caminata por la costa hasta el siguiente poblado, Arnastapi, que nosotros realizamos en auto a falta de energías.
Antes de abandonar Bessabudarlaut, a.k.a Hellnar, queremos resaltar la historia de Axlar-Björn, reconocido asesino serial de la historia islandesa del siglo XVI. Axlar-Björn era un granjero de Hellnar que demostraba hospitalidad a cuanto viajero se arrimaba a la aldea. Cuando aceptaban pernoctar en su hogar, Axlar-Björn los asesinaba con su hacha y les robaba todo cuanto tuvieran. Se sabe que al menos 18 personas fueron sus víctimas. La que sería número 19 logró escapar y lo denunció frente a las autoridades locales. Lo castigaron con la pena de muerte. Así que ya sabes, si estás pensando pasar la noche por Hellnar, por las dudas no aceptes quedarte en la casa de ningún granjero.
Retomamos el hilo conductor de este viaje por Islandia. Estamos en el pueblo vecino de Arnarstapi que, comparada a Hellnar, no nos parece tan linda, sin embargo merece una visita por sus vistas al mar. La estatua de Bárdar, personaje de las sagas islandesas, recibe a los visitantes que se dirigen hacia los distintos miradores del acantilado.
Los puntos más destacables son los enormes agujeros de basalto al borde del precipicio de los que salta salitre al romper las olas contra sus paredes en el Puente de Piedra (Miogja) y Músargja. El muelle de Arnarstapi es precioso y tiene unas vistas increíbles a las lejanas cascadas que se precipitan desde acantilados al mar.
Hacemos un intento por arrimarnos al glaciar Snaefellsjökull pero pronto descubrimos que es misión imposible sin una 4×4, así que r- direccionamos hacia Búdarkirjkja, una de las seis iglesias negras del 1800 que todavía queda en pie. Hechas varias fotos de la iglesia nos vamos a Bjarnarfoss, altísima cascada que de lejos se ve increíble y de cerca se puede subir por una empinada cuesta. A no rendirse porque el esfuerzo lo vale.
La última parada del día es Ytri Tunga, una increíble playa de arenas blancas con focas salvajes y huesos de ballenas. La paseamos con parsimonia mientras atardece. Hoy vamos a dormir en el único campamento gratuito de toda Islandia, Strandakirkja Camping. Por su buena voluntad y las facilidades que ofrece (baño, duchas, fregadero) les dejamos una donación que los aliente a continuar con ese hermoso proyecto.
Día 15 – Krýsuvik, Lago Kleifarvatn, Krysuvikurkirja, Bridge America-Europe, Cráter Stampar, Brimketill Lava Rock Pool, Volcán Fagradalsfjall
Nuestro último día de paseo, mañana ya será devolver la camioneta e ir al aeropuerto. Comenzamos la mañana con una caminatita por el área geotérmica de Krýsuvik, interesante como todas y con su característico olor a sulfuro. Después nos detenemos en el lago Kleifarvatn que, aunque es el más grande de la península de Reykjanes, nos parece una parada omitible. Después vamos a la iglesia negra de Krýsuvikurkirkj que tampoco nos quita el sueño.
Buscando algo distinto paramos en el Bridge America-Europe, el puente que une el quiebre que hay entre la placa tectónica de Euroasia y la placa tectónica de Norteamérica. Aquí nos entretenemos un rato con la bobada de saltar de una placa a otra hasta que por fin nos aburrimos y seguimos hasta Crater Stampar, sitio que nos resulta totalmente descartable del itinerario.
Sin prisa ni apremio seguimos al Brimketill Lava Rock Pool que tampoco nos enloquece. ¿Será que después de ver tantas maravillas en los últimos 14 días a esta altura nos cuesta sorprendernos? Ahhh, por suerte el campo de lava del Volcán Fagradalsfjall no nos decepciona y salva el día.
Increíble ver esas lenguas negras de lava fresca, de las que todavía salen fumarolas a pesar de que ya han pasado seis meses desde su última erupción. Si no fuera porque estamos agotadísimos, por la lluvia y el viento espantoso, bien podríamos haber realizado todos los trekkings que presenta atravesando sus diversos miradores.
Lo único malo es que todos los parkings en los alrededores del volcán son carísimos y por cámara. Cuestan 1.000 ISK por vehículo y se paga online. Por suerte, nos topamos con un parking que aunque obliga a caminar un poco más no tiene costo. Se nos termina el día y el viaje. La última noche la repetimos en el campamento Strandakirkja.
Día 16 – Devolución de la Campervan y Fin del Viaje
El vuelo de regreso es en la tarde, por lo que usamos la mañana para devolver la campervan. Happy Campers cuenta con shuttle gratuito para dejarnos en el aeropuerto, dónde hacemos tiempo hasta que nos toque hacer el check in.
Hemos cumplido nuestro soñado viaje por Islandia y la verdad hicimos mucho más de lo que esperábamos. Islandia es maravillosa aunque bastante cara. Sus formaciones de roca basáltica y sus impresionantes cascadas son algo que no se ve en muchos lados. Sin embargo, para quienes busquen algo más económico, encontramos que muchos de sus atractivos naturales no son exclusivos de Islandia y se pueden ver en otros países de formas más baratas, como Nueva Zelanda, Indonesia o Estados Unidos.
