Trucos para ahorrar en comida

A menos que aprendamos a hacer fotosíntesis, la comida es un gasto inevitable en el que incursionaremos a lo largo de nuestro viaje. Además, cuando paseamos solemos gastar más que estando quietos, porque no contamos con una cocina completa, porque queremos probar platos típicos y porque comprando algo hecho nos ahorra tiempo para seguir visitando puntos. Entonces ¿cómo podemos ahorrar en comida? En este artículo te contamos los trucos que aprendimos viajando.

Ahorrar en comida – Comer gratis

Así como suena, hay maneras de viajar que te permiten comer sin gastar un peso.

• Realizando voluntariados que cubren las comidas.
• Simplemente mirando a tu alrededor. Te sorprenderá la gran cantidad de árboles frutales y plantas comestibles que existen abandonadas en el campo y en las grandes ciudades, ignoradas por la mayoría. ¿No te lo crees? Hemos juntado quinotos en Tokio, manzanas y frambuesas en Estocolmo, naranjas en Barcelona y hasta nueces y paltas en Montevideo.
• Arrimándote a supermercados, bares y restaurantes sobre su hora de cierre y preguntando si podes quedarte con aquellos alimentos que iban a tirar, ya sea porque sobró o porque están en el último día antes de caducar. 
• Buscando centros religiosos que ofrezcan servicios gratuitos de comida. Aunque en occidente lo veamos como una práctica destinada solo para los más necesitados (como las famosas «ollas populares» de Uruguay), en oriente no se espera que estes durmiendo en la calle para tener derecho a un plato de comida. En muchas ciudades grandes del gigante asiático existen templos budistas, hindues, sikhs y hasta cristianos que ofrecen este servicio a cambio de que ayudes a recoger y limpiar. Eso sí, simpre sin abusar y mostrandote respetuoso. Nuestros favoritos son los Sikh. La comida es toda vegetariana, riquísima y cuenta con templos ofreciendo este servicio hasta en paises europeos.

• Averiguar si el país que visitas cuenta con contenedores exclusivos de supermercado donde rescatar comida. Lo sabemos, suena asqueroso, sin embargo, no te imagines el clásico contenedor hediondo lleno de productos podridos. En muchos países por ley o por estética los productos a uno o dos días de vencerse, con alguna rotura en el empaquetado o con muestras de golpes se desechan, a pesar de que estén perfectos para su consumo. Países como Dinamarca e Islandia los depositan en un contenedor especial de la tienda, limpios, ordenados y en sus paquetes cerrados. Abrir esos tachos de basura es como abrir una alacena. A este fenómeno se lo conoce como dumpster diving. La enciclopedia online para averiguar si se hace y cómo en la ciudad que vayas es Trashwiki.  
• Cuando vayas a realizar una estancia de varias semanas en un mismo lugar busca si allí existe comunidad de foodsharing. Las comunidades foodsharing son grupos informales de personas voluntarias que pactan con supermercados, panaderías y similares para que les entreguen comida que de otra manera iba a ser tirada y que luego reparten en puntos específicos previamente indicados por sus redes sociales.  Ejemplos de esto es Foodsharing Stockholm (con presencia en Facebook e Instagram), Foodsharing Alemania (con info de las comunidades por región) y Foodsharing Copenhagen.  
• El último modo de comer gratis y reservado a los que no tenemos problema en ser más caraduras es aguardar en una plaza de comida (de esas clásicas que se ven en shoppings o en centros comerciales) a que algún comensal se vaya habiendo dejado su plato casi que intacto y terminarselo uno. 

Ahorrar en comida – Comprar barato y cocinar 

Si ninguna de las opciones anteriores es para ti siempre hay formas de abaratar los costos de la comida. En países donde comer afuera es caro lo mejor es conseguir alojamiento que cuente con una cocina básica y comprar todo en el supermercado o en mercados locales.

Si no dispones de cocina, busca en los supermercados productos que puedan consumirse al paso. Estudia las opciones baratas: sopas instantáneas, sándwiches, platos pre hechos para calentar en microondas, productos frescos (ensaladas, fruta de temporada, etc.), de la panadería (empanadas, tartas), etc. El producto bueno, bonito y barato que te ayude a salir del paso varía según el país. 

Otra opción es ir sobre la hora de cierre a los supermercados y buscar productos con descuentos. Cada vez es más común que en muchas tiendas del mundo a medida que avanza la tarde vayan reduciendo el precio de artículos que deben ser vendidos sí o sí ese día o de lo contrario se descartaran. Y a ningún negocio le interesa perder dinero. Por ejemplificar, Japón, Dinamarca, Suecia y España son algunos de los muchos países que utilizan esta estrategia de venta.

Evitá los mini-mercados, convenience stores tales como 7-eleven (denominados en español tiendas de ultramarinos) y las gasolineras. Ubica los hipermercados o las ventas mayoristas. No todas te obligan a realizar compras al por mayor.

Ahorrar en comida – Comer afuera 

Ya sea porque estás en un país donde comer afuera es más barato que cocinar o porque se te antojo ir a un restaurante, siempre busca locales de barrio frecuentados por los lugareños, incluso si no entendés ni jota de la carta. Esos serán los baratos y no el McDonalds o el restorán turístico. Ni que decir que una cafetería con vistas al coliseo romano no es una opción económica. Lo ideal es apuntar a locales “peor” ubicados (en términos turísticos) y en lo posible algo alejados de los atracciones.

Estos fueron nuestros trucos para ahorrar en comida mientras se viaja. ¿Conocés algún otro? Compartilo en los comentarios 😀